Entrevista a Pepe del Morao
Pablo San Nicasio entrevista al guitarrista flamenco jerezano Pepe del Morao
Pablo San Nicasio entrevista al guitarrista flamenco jerezano Pepe del Morao
OTRA LIGA
Texto: Pablo San Nicasio Ramos
Fotografía: Universal Music Group y SON Estrella Galicia
Hace algunos años, dos y medio concretamente, en una comida en el Viña P (qué pena de crisis) con un veterano que no retirado programador flamenco, sin yo preguntarle, me disparan a bocajarro: Israel Fernández tiene todo el flamenco en la cabeza.
Sigo pensando que mi amigo exageraba. Porque ni entonces ni ahora le da la edad para tanto. Otra cosa es que tenga clarísimo hacia dónde quiere llegar en esto del cante y que, efectivamente, tenga todo el flamenco en la garganta.
Del cante ortodoxo ya es una estrella y casi un referente. Sobre todo por sus formas, encuadradas en eso que llaman territorio del «bendecido». No se puede cantar mejor ni doler más. En el medidor de esas cosas ya va a ras de romper la máquina.
Y la afición lo sabe. Iba para un recital en el Teatro Lara y la cosa se tuvo que prolongar algunos días. Entre las ganas que tiene la gente de soltarse y lo que llama este chaval, podrían ponerle una semana en la Gran Vía y lo petaba. Todo se andará.
La granaína fue un tiro. Cortísima, concisa. Ya desde que se abre te das cuenta de que estás ante un cantaor extraordinario. Por las formas, repito. Faltan años para ver su fondo de armario con el cante, pero con esta garganta muchos ya estamos salivando.
En la soleá por bulerías no se explayó tampoco, de hecho su estilo es tan directamente tremendo que Diego del Morao no podía salirse un milímetro. Este cantaor exige tal dedicación, tanta concentración acompañante que muchos no podrán estar con él. Directamente es que ni estarían cómodos, se rebuscarían desbordados ante tamaña bravura. Y los buenos de verdad se tendrán que dejar los dedos para estar a la altura y no por hacer alardes: que se les recuerde y que a la vez no se carguen al cantaor. Diego estuvo, pero sabe que este cantaor le pone a prueba cada noche y que, este sí, es otra liga. Champions.
En los tientos hubo más relajo, dentro de la gravedad de la cornada de este cantaor, y ahí Diego se soltó ya con algún falsetón. Cante grande amplificado con lo máximo en tecnología pero descendiente de lo más antiguo de nuestra cronología cantaora. En el fondo, las claves que maneja el toledano son las de los grandes del flamenco de toda la vida, pero como no siempre se tienen a mano y hacen falta algunas décadas para repetir el descorche, cada vez que nos encontramos semejante cantaor nos creemos que ha llegado el único Mesías.
En los ecos levantinos volvieron las distancias cortas. Quizá un respiro general. Son estilos en los que habrá que profundizar en el futuro. Que no es un debe, es que no es lo que buscábamos esa noche. Teníamos pendiente otros fuertes del manchego.
La seguiriya, por ejemplo, sí que debía ser un momento central del recital. Y antes de la salida todo el mundo lo estaba esperando. Lo fue pero nos quedamos con ganas de muchísimo más. Dos artistas que pueden marcar una época en ese estilo y sin embargo todo muy muy escueto. Estamos ávidos de arrinconar a este artista en cuartito por seguiriyas y que eche la noche sin micros.
Bulerías con Diego del Morao. ¿Quién da más? Tan veloces que el soniquete de Jerez sólo se intuyó. Esto es otra liga, repetimos, otro flamenco. Diferente. Tamaño recorte en bulerías no está en los escritos y de nuevo nos supo a poco. Pero al menos Pastora estuvo presente en su voz. Este niño es una auténtico primor.
Los fandangos de abroche y bis fueron absolutamente monumentales. Como a este cantaor le respete la vida, su garganta se cuide y le dejen aire para respirar sin parasitarle, habrá verdadera revolución desde la raíz.
Si le ponen a alguien un cante de Israel y no le gusta o conmueve su quejío, es para que le digan sin rubor que el flamenco no es lo suyo. Lo único que ese infeliz podría alegar es que conciertos como el del miércoles le saben a poco por su corto, cortísimo, casi delictivo metraje. El toque de queda también afectó al toque y cante flamenco. A ver si el bicho se va y nos quedamos con este otro bicharraco, pero lo dicho, sin recortes.
Pablo San Nicasio entrevista en vídeo al cantaor de Chiclana con motivo de la aparición de su disco «Que suene el Cante»
Fotografía principal: Sara Espinosa
Hace unos días aludíamos en la crónica de Germán San Nicasio del concierto-presentación de “Albayzín”, a la bisoñez sin apreturas ni “comeduras de tarro” del menor de los Morente. Algo que corroboramos en la entrevista que tuvimos hace unos días con él. Círculo de Bellas Artes, media mañana en medio de la nevada del año en Madrid. Después de tres meses de intentonas, nos vemos cara a cara con “Kiki”.
Por Pablo San Nicasio @pablosannicasio
No te esperas que haya gente como Rycardo Moreno. En un mundo en el que los conflictos llegan por la búsqueda de trabajo, de repercusión mediática y de, claramente, dinero, cuando uno observa el periplo vital de Rycardo Moreno (Lebrija, Sevilla. 1981) se queda sorprendido.
Le estuvimos viendo tocar en el Café Berlín de Madrid días antes y recibir los elogios de sus “padrinos” de debut: Diego del Morao, Josemi Carmona y Pakete. Nos sentamos a tomar algo con quien toca acordes de jazz, se enchufa casi siempre pero suena netamente flamenco.
Ha pasado más de una semana desde la presentación del disco de Kiki Morente y por fin encuentro un rato para sentarme a escribir la crónica. Estoy teniendo un otoño movidito. Como dice una amiga mía, se me acumula la vida. Esto de Kiki Morente fue el martes 14 de noviembre (2017) en la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes (Madrid). Presentación por todo lo alto: escenario de lujo, discográfica gorda, medios de comunicación acreditados y abundancia de caras conocidas entre el público: Estrella Morente, Soleá Morente, Carmen Linares, Pitingo, Loles León. No sé si asistí al nacimiento de una estrella o no, no me atrevo a
La voz de Jaime Heredia Amaya, “El Parrón” (Granada. 1955) merece ser escuchada, aunque sólo sea en conversación. Es de esos cantaores a los que los aficionados a los metales finos y soníos negros se arriman a base de bien. Porque saben que no hay mucho material como ese. Y cada vez menos.
Cantaora que hace unos días decidió volverse a su tierra natal después de un periplo muy fructífero por los madriles. Ahora va y viene por esta ciudad. Sin ir más lejos, la acabamos de escuchar haciendo un tremendo papel junto a los “farrucos” en su “Tr3s Flamenco”. Es María Ángeles Rodríguez Cuevas, María Mezcle (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. 28-VII-1987) una completísima y poderosa cantaora que ya va por su segundo disco. “Desnuda”, que así se llama, viene con colaboraciones potentes (Miguel Poveda y Diego del Morao, entre otros) y la tutoría de un grandísimo artista de una estirpe esencial: José Miguel Évora.
Noa Drezner (Tel Aviv, 11-VIII-1983) llegó al flamenco de casualidad. Se chocó con él mientras recorría vida con su hippy-furgoneta. Pero en esta parada algo debió de suceder porque no siguió trotando mundos.
Cantaora no es, pero voz flamenca tiene. De lo primero no reniega, pero de momento aparca lo que fuera su hobby en los rincones cabales hasta no hace mucho. Peñas y tabancos fueron testigos, que conste. De lo segundo, su voz y flamencura, abusa con fruición para demostrar a sus legiones de fans que su pop tiene en el flamenco el origen de su ser. Veremos a ver dónde llega Marina García Herrera (Jerez de la Frontera, 1995) pero de momento es una indiscutible estrella en redes sociales y corrillos que da el salto al disco de la mano de Manuel Ruiz “Queco”. Pura simpatía, desparpajo y alegría, nos presenta “Desde la Frontera” esta Marina que navega sin descanso por los canales del éxito.