Reseña del libro sobre Paco de Lucía de Manuel Alonso Escacena

El Paco de Lucía de Ridley Scott

Este próximo 25 de febrero se cumplirán los primeros diez años sin Paco de Lucía. Cae en domingo. Si año jacobeo es aquel en que la festividad del apóstol Santiago cae en domingo, en buena lógica, año de Paco de Lucía debería ser aquel en que el 25 de febrero caiga en alguno de los siete días de la semana, domingo o el que sea. Sí, amigos, si el mundo fuera un lugar justo, todos los años deberían estar consagrados a Paco de Lucía y todo el calendario en los cinco continentes debería organizarse en torno a su figura. Y qué bonito sería celebrar la Nochebuena cada 21 de diciembre, que es cuando Lucía Gómez Gonçalves dio a luz al Niño Paco en un humilde pesebre de Algeciras.

—El dios de la guitarra —ya lo dice Tomatito.

Fantasías íntimas aparte, el décimo aniversario de la muerte de un icono universal de la música es siempre un momento propicio para que la industria del merchandising oportunista se deje ver volando en círculos, así que vayan preparándose ustedes para el aluvión de libros y series documentales en todas las plataformas de streaming. El Paco de Lucía de Ridley Scott ya está en fase de postproducción y el bueno de Ridley ha prometido esta vez clavar el rigor histórico, nada de licencias poéticas. Igual que los grandes grupos editoriales, que, en consonancia con el célebre perfeccionismo de Paco de Lucía, no van a dejar pasar una sola errata en sus textos. Todas las comas en su sitio y el fraseo sublime sin interrupción.

Así las cosas, el más madrugador ha sido un señor de Sevilla que firma como Manuel Alonso Escacena y nos planta un ensayo de —agárrense— cuatrocientas páginas. Paco de Lucía. El primer flamenco ilustrado (Almuzara, 2023). Enterito me lo he leído, y con gripe, para darle flamencura.

El tema arranca a la manera de Gay Talese en busca de Frank Sinatra, con el autor compartiéndonos sus odiseas para sacar información a gentes allegadas a Paco de Lucía, unas dispuestas a colaborar, otras no tanto. Destaca un misterioso personaje especialmente descortés. Siempre dice que sí y luego nunca tiene un hueco para hablar. Dos años mareando la perdiz. Manuel Alonso Escacena no dice su nombre, pero da pistas para que juguemos al Quién es quién. Uno: «Se expresa bien por WhatsApp». Dos: «Toca bien la guitarra». Tres: «Conoció mucho a Paco de Lucía». ¿Tiene barba, usa sombrero? ¿Javier Limón? No parece. El insigne productor sale luego en el libro y cuenta alguna aventurilla graciosa. ¿Alejandro Sanz? ¿Vicente Amigo? ¿Y por qué no iban a querer colaborar? ¿Acaso piensan los hombrecillos estos sacar también su propio bestseller sobre Paco de Lucía? Ni idea, pero estas maldades las agradecemos mucho los cotillas.

El libro es un gazpacho con las historias de siempre de Paco de Lucía, el padre tiránico imposible de contentar, la pelea con Camarón por los dineros de las letras, un par de anécdotas inéditas, otro par de ideas cosecha del autor y un rosario de links a vídeos de YouTube. Es interesante que Manuel Alonso Escacena insista en recalcar su voluntad de no caer en la hagiografía y que al final el resultado sea, en efecto, una hagiografía, pero es que hablamos de Paco de Lucía, por favor, la hagiografía no es que esté justificada, es que todo lo que no sea hagiografía es faltar a la verdad. Un hombre obsesionado con ganar a todos en todo, el mejor con la guitarra, el mejor con las mujeres, una oratoria que ni Séneca, inglés nivel Shakespeare. «O eres el mejor en todo o no vales para nada», parece decirle a nuestro ídolo una vocecita interior.

¿De dónde viene el perfeccionismo? ¿Es un gen que traen de fábrica algunas personas? ¿Es un virus que alguien te inocula? ¿Es una virtud o es una cruz? Con Bobby Fischer, Picasso, gente así, entendemos que alguien que es el mejor en lo suyo tiene todo el cerebro puesto en una sola cosa y no le quedan neuronas materiales para nada más, pero habría que estudiar en serio el gen perfeccionista de Paco de Lucía, porque tanta perfección en todas las cosas no es normal. Decía Antoñete que todos los toreros se mueren siempre sin hacer la faena perfecta. Con Paco de Lucía todo son faenas perfectas. Feliz año de Paco de Lucía a todos.

Germán San Nicasio

Escritor

Concierto de Rafael Riqueni en el Auditorio Nacional

Riqueni de las Ideas

El ciclo «Andalucía Flamenca» del INAEM traía este otoño nada menos que al maestro Riqueni en un recital que, al menos en el programa, se nos titulaba como «Homenaje a Manolo Sanlúcar«, aunque luego, a la postre, del genio gaditano no se habló ni tocó en absoluto. Sí se acordó el maestro trianero de saludar y agradecer la presencia en las butacas de otro grande de esa generación, Víctor Monge «Serranito», siempre fiel con sus compañeros en las citas flamencas de postín. Ovación cerrada.

Llenazo en el medio millar de butacas de la Sala de Cámara y muchas ganas de ver y escuchar a uno de los mejores maestros de la historia reciente del toque. Además, en medio de una racha imparable de acontecimientos en torno a su persona. Documental, disco con Estrella, próximo lanzamiento de otro de versiones… hacía poco que había tocado con la mayor de los Morente en la Suma Flamenca, eso sí, con desigual suerte. Está con un ritmo de apariciones que, teniendo en cuenta sus circunstancias y, en comparación con el grueso del gremio, se nos antoja brutal. Casi hasta temerario.

El caso es que Rafael Riqueni sigue siendo un ejemplo de afición y valentía. Afrontó en soledad un recital, como debe de ser. Algo exigible a todos y cada uno de los que se hacen llamar figuras del toque y que, estamos segurísimos (por favor de los favores, la duda ofende) tienen redaños suficientes para llenar más de una hora de guitarra solista pero, oh comodidades y rentabilidades, llevan años, lustros, décadas, sin atreverse. Bravo por Rafael. El que menos tiene que demostrar y el que más da la cara. El compromiso con su instrumento es algo que no abunda, créanme.

Fue una hora y cuarto de pelea del genio con su personal música. Inalcanzable incluso para él en algunos casos, más conseguida en otros y sublime en algunos, contados, tramos de su interpretación. No se trata de hacer sangre, pero volvemos a recordar lo de líneas atrás, el ritmo de trabajo y apariciones en público de este ser especial quizá sean materia para analizar por sus gerifaltes.

Rafael Riqueni el pasado día 17 de noviembre en el Auditorio Nacional

Lo cierto es que tanto en la primera parte flamenca (con ecos del disco «Herencia») y la más impresionista segunda mitad (protagonizada por «Parque de María Luisa») fueron un glosario de maravillosas ideas que, esperamos, ya estén listas en pautado para repartir en las clases de los conservatorios. Piezas de una belleza desbordante, generosa dificultad y todas fruto de una mente que no deja de tener buenas ideas. Es Riqueni una fuente, un germen de soluciones originales que, si se juntara con la técnica de alguno de su generación que parece andar seco de las mismas, sí que construirían esa estrella de la que el firmamento guitarrístico anda huérfano. Digan lo que digan.

Sus tangos «Pureza» en tono de rondeña y ese eco cinematográfico del que pronto nos regalará un disco cerraron hora y cuarto que tiene mucha materia de análisis más allá del escenario.

Con todo y con esto, reiteramos que es tiempo de reivindicar, entre otras muchas cosas, el compromiso de Riqueni en todos los de su quinta y de ahí para abajo, pero también pedir a voces una revolución en las programaciones de guitarra ante la sequía de conciertos y de oportunidades del público aficionado para conocer el verdadero panorama de la guitarra y su futuro próximo. O llega savia nueva en toneladas (es decir, que se le de cancha y caché como se debería a la juventud para que se bata el cobre de verdad, muchos están sedientos y siguen «comiéndose» la sonanta) o la guitarra flamenca adolecerá, como la clásica, de un ombliguismo que acabará por encerrarla en un gueto y… fin del cuento.

Pablo San Nicasio

Fotografías: Rafa Martín

Presentación en Sevilla del disco «Maestros del Arte Clásico Flamenco»

Aquí os dejamos un vídeo resumen del concierto en el que se presentó el disco «Maestros del Arte Clásico Flamenco» que, con las guitarras originales de Ramón Montoya y Manolo de Huelva, interpretó el joven maestro de la guitarra Alejandro Hurtado.

El joven maestro Alejandro Hurtado interpretando los toques clásicos de los maestros Ramón Montoya y Manolo de Huelva

Nuevo disco del guitarrista francés Juan Carmona

El duodécimo trabajo del reconocido guitarrista flamenco francés Juan Carmona, «Zyriab», se basa en el periplo del músico poeta Zyriab, que hace escala en varios puntos del Mediterráneo de Bagdad a Córdoba.

Sin dejar de estar profundamente arraigados en la tradición, los dos artistas, Juan y Zyriab, tienen en común su visión moderna de la música y la filosofía del viaje. Actuando como verdaderos transmisores, lanzan puentes entre las músicas del Mediterráneo y elaboran una nueva odisea musical.

El artista homenajea al inventor de la música árabo-andalusí, como un guiño al Premio «Zyriab des virtuoses» que le entregó la UNESCO hace algunos años, lo que son las coincidencias del destino.

«Qué alegría participar en este álbum que mezcla tantas músicas que me gustan, con una sinceridad y una autenticidad poco comunes. Juan, cuando uno escucha tu música, enseguida sabe que es el corazón el que habla con virtuosismo»

Oufaâ Bennani, Présidente du Comité National de la Musique du Maroc. Partenaire officiel de l’UNESCO

La palabra Zyriab es omnipresente en la trayectoria de Juan Carmona. A su vez ha querido rendirle homenaje. 

«su odisea musical confirma su genio en el toque y la composición de ese maestro del flamenco con dedos de oro que es Juan Carmona».

Marianne Poncelet, Vicepresidenta Ejecutiva de la Internacional Fundación Yehudi Menuhin:

Así crea Juan Carmona una alquimia, inspirada en ese viaje iniciático por el corazón de la música y de la historia… Nos habla de una época que ya no es, pero cuya alma sigue palpitando en cuanto roza las cuerdas de su guitarra. Entonces, parece que aún se deja escuchar el eco de un oud de cinco cuerdas. Es Zyriab quien sonríe.

Antonio Reyes en la Suma Flamenca 2021

SUMA Y SIGUE

Con una novedosa versión de «La Leyenda del Tiempo» engarzada en otras estrofas míticas, empezó el chiclanero Antonio Reyes su recital en una Suma Flamenca de la que sale reforzado. Buen ambiente y responsabilidad de un artista capaz de llenar aforos y de solvencia hasta ahora siempre demostrada.

Y la principal causa de su renovada posición en el escalafón es que le vimos en registros mucho más atrevidos, dentro de su ortodoxia caracolera, que es costumbre. Con la inefable ayuda de Dani de Morón, a nuestro juicio incomparable acompañando, Antonio se mete sin rubor en búsquedas que además le ayudarán en los tiempos imaginativos, pero también de gran competencia, en los que se está adentrando el cante. Soleá por bulerías con aire nada convencional y taranta. Sí, todos estos estilos que se le presuponen a una figura del cante como es Antonio, pero sabiendo que la audiencia tampoco le echaría en cara quedarse al abrigo de los estilos de los puertos y su Cádiz. Ahí es ya un consumado intérprete y, en parte, sus incondicionales tendrían buena mercancía. Pero optó por abrir repertorio y eso se agradece siempre. Por si había dudas de su capacidad.

En las alegrías se volvió a notar a un peso pesado del género con las armonías de un Dani de Morón que también por tangos mostró que su cabeza pensante tiene la densidad de acordes para acompañar a un regimiento. Seguiriya muy ligera de compás pero de afinación y quejío exclusivo. Sin tanta negrura en sus «soníos» como en otros metales de su tierra, pero con el plus de una voz de una rapidez fulminante en los tercios.

Las bulerías, añejas, con ecos de golpe, que Dani perfectamente hubiera podido engranar con los soniquetes de Diego del Gastor. ¡¡ … y eso hizo por momentos!! Nos alegramos mucho, Dani es grande también en afición.

Dani, decíamos, es un gran acompañante porque a su guitarra de técnica deslumbrante une un soberano liderazgo en el escenario, calentando a la vez al público con su perenne «buen rollo». Parece fácil, pero que eso salga en coyunturas de tanta responsabilidad no está al alcance de cualquiera, y más sabiendo que no son compañeros habituales el chiclanero y el sevillano.

Recital corto, las modas y leyes lo imponen, pero intenso. Antonio Reyes regaló unos fandangos caracoleros y fin de fiesta con «pataíta» de uno de sus excelsos palmeros. Suma y sigue, Antonio.

Redacción www.chalaura.com

ANTONIO REYES | Esencia | Estreno absoluto | 75’ TEATROS DEL CANAL fotografiado por el fotógrafo Pablo Lorente

Festival «Torre del Cante» 2021. Alhaurín

El festival flamenco «Torre del Cante» en su XLVII edición se celebró en dos días (el 18 y el 19 de junio de 2021) por primera vez en su historia debido a las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.

El festival tuvo lugar en la Finca El Portón de Alhaurín de la Torre y estuvo dedicado al cantaor Alonso Núñez Núñez, más conocido como Rancapino. Con ello se le quiso homenajear por su trayectoria y aportación al arte flamenco.

Caracolillo de Cádiz abrió la sesión del del viernes 18 de junio con el acompañamiento de Miguel Salado a la guitarra y de Manuel Cantarote y Manuel Linaza al compás. Comenzó cantando por alegrías acordándose de su tierra y continúo por soleá, tangos y bulerías, en las que tuvo el detalle de acordarse, entre otros, de El Turronero.

Terminó cantando por fandangos a capela al estilo Chato Méndez.

A continuación cantó Rancapino Chico con Antonio Higuero a la guitarra y con Manuel Cantarote y Manuel Linaza a las palmas. Empezó cantando por soleá y después por malagueñas de improviso para dedicárselas al homenajeado: su padre, el cual apareció entre el público. Continúo por tangos y fandangos acordándose, entre otros, del fandango corto del Gordito de Triana. Finalizó por bulerías.

Le sucedió en el escenario su sobrina Esmeralda Rancapino acompañada por Paco León al toque y Cantarote y Manuel Linaza a las palmas. Cantó por soleá, tangos y bulerías para terminar por zambra, dedicándosela a su abuelo Rancapino, que la escuchó atentamente sobre el escenario y tuvo la oportunidad de cantar algún verso a dúo.

A continuación cantó María Terremoto con Nono Jero al toque y Manuel Cantarote y Manuel Valencia al compás. Empezó cantando por tonás y seguiriyas para continuar con bulería por soleá, tangos, bulerías y terminar con un fandango.

Como broche final tuvimos la oportunidad de escuchar al maestro Rancapino por fandangos acompañado a la guitarra por Paco León.


La sesión del sábado 19 de junio la abrió el ganador del concurso “Mirando a la Torre 2020” Francisco Heredia, acompañado a la guitarra de Ismael Rueda. Cantó por malagueñas, soleá, tientos-tangos y fandangos, en los que se acordó del propio Rancapino.

A continuación fue el turno de Juanfran Carrasco con Rubén Lara al toque y acompañado de Tate Núñez y Cepa Núñez. Empezó cantando bulería por soleá y continuó por tangos, bulerías y fandangos.

Le sucedió en el escenario Antoñita Contreras acompañada a la guitarra por Juan Ramón Caro y a las palmas de Vanessa Fernández y Rosa Linero. Cantó por malagueña y jabegote, cantiñas, farruca, rumba, soleá, seguiriyas y bulerías.

Para cerrar la sesión de cante tuvimos a Ezequiel Benítez con Paco León al toque y Tate Núñez y Cepa Núñez al compás. Cantó por tientos, soleá, fandangos y bulerías.

El último artista en participar fue el bailaor Farruquito acompañado al cante por Mari Vizárraga, Ezequiel “Chanito” e Ismael de la Rosa “Bolita”, a la guitarra por Antonio Santiago “Noño” y a la percusión por Paco Vega. Empezó bailando por soleá y a continuación Mari interpretó unos tangos. Para terminar bailó por alegrías y bulerías, en los que le acompañó su hijo, Juan El Moreno.

Para cerrar la noche y el festival los artistas nos brindaron un fin de fiesta por bulerías.


Texto: www.chalaura.com

Mayte Martín en la Suma Flamenca 2020

REGRESIÓN COLECTIVA (CON MULTIORGASMO)

No fue sólo Mayte Martín la que vivió “una regresión conmovedora” el pasado día 17 en los Teatros del Canal. En realidad, fueron todos los que asistieron a su megarrecital.

Sin duda uno de los platos fuertes de la Suma de 2020 y también de todo el año.

Y es que su “Déjà Vú” es, de largo, su apuesta musical más contundente. Lo más complejo, abierto y versátil de su carrera. El espectáculo en el que más registros de la cantaora vemos. Trascendiendo no sólo al flamenco clásico, al más rompedor e incluso a la Mayte de boleros, la que añoraba tanto su recordado Montoliú.

Realmente es un volver a sus inicios, a su lanzamiento, a sus “hits” y a su universo musical. Es Mayte. Ver “Déja Vú” es ver a Mayte Martín en toda su expresión.

Es comprender que ella valora, y mucho, a cantaores/as olvidados (a posta) por parte del flamenco. Los mismos Campanilleros del inicio fueron una reivindicación, no sólo a la Niña de la Puebla. Es un canto-e a un grupo de artistas a los que se ninguneó tiempo atrás. Y quien crea que los Campanilleros son estilos menores les animamos encarecidamente a escuchar la versión de Mayte y guitarras. Por cierto, a la Niña de la Puebla la dieron por muerta para no rendir cuentas de su ausencia en alguna serie flamenca televisiva. Que lo sé yo.

Pero además, comprender a Mayte es rebuscar en Pastora Pavón por peteneras. Es venirse abajo con esa vidalita que todos coreamos y es, por supuesto, tirarse un buen rato por soleá de todos los pelajes. En la catalana conviven todas las estéticas, épocas y “tamaños” de cantes.

Pero como Mayte es multiorgánica en lo musical y hace multiorgásmico a su público, no sería Mayte sin acordarse del folclore patrio y pasarlo por la túrmix de sus musicazos. Las versiones de las “Morillas de Jaén” y “Los Cuatro Muleros” están pidiendo una transcripción para voz y dúo de guitarras obligatoria en las aulas de música de cámara.

Comprender a Mayte Martín es saber con certeza que ella es bolero, es un par de bulerías históricas que abren y cierran “Querencia” y es saber que con ella no va cualquiera. Mayte sabe tocar muy bien y por ello es la mejor a la hora de escoger guitarristas (como su admirado Morente). Alejandro Hurtado y José Tomás Jiménez Villalta, dos bordones como dos soles, son la guitarra total.

Y saber escoger percusionistas que no peguen porrazos (inmenso David Domínguez) poner músicos donde otros sólo ponen amiguetes y elevar el baile flamenco a la categoría de lujo oriental. Esta vez en la persona de Patricia Guerrero.

Realmente sí, fue una regresión, pero sin el ánimo de desenterrar algo que estaba latente porque todos sabemos que Mayte lo lleva siempre en su mochila muy a mano. Lo impresionante es que lo saque todo en la misma sesión. Ahí deja claro quién es quién.

Concienciados, como bien dijo la protagonista, pero con ganas de ir al teatro, así sí. No todo el mundo es capaz de sacarte de casa sin vacuna. Pero un multiorgasmo bien lo vale.


Redacción www.chalaura.com (Pablo San Nicasio Ramos-L.Miguel Hernández)

Pepe Habichuela y Kiki Morente en la Suma 2020

RECUERDOS DE LA ALHAMBRA

Recta final de la Suma Flamenca. Esta extraña y casi “tapada” Suma, la de este año. Morente como motivo principal y, por ello, el día de los Habichuelas y Morentes quedaba bien marcado como uno de los “señalaítos” del serial.

Fue una evocación casi literal de aquellos conciertos del patriarca junto a su pléyade-coro de músicos-familia.

Y es que desde el inicio nos acordamos de don Enrique. Con su hijo menor a palo seco, evocando su Zorongo, las letras de las tonás, con ese golpeo por seguiriya de Josemi y Bandolero. Morente estaba presente. Y no sólo Enrique. Kiki está progresando a pasos agigantados. Lo mismo es pronto para pedirle que abra su camino, pero bien está enmarcar que lo del padre lo tiene muy pero que muy bien aprendido.

Y entonces, el premio gordo de la noche. Inesperado. Salió pronto. Josemi Carmona, lo sabíamos pero a la vez no nos cuadra porque se nos hace raro, se abrió solo de guitarra y sacó una tonelada de flamencura con pedalera y ecos a granaína, a levante. Espectacular el soniquete de este guitarrista. Una verdadera pena que no se bata el cobre con los grandes del toque solista y apenas le veamos así. A él parece que le van más los combos y Ketameos. Este señor, metiéndose en las harinas que recorrió su padre y en la que se embarca su sobrino lejano el “cascarilla”, más conocido como Habichuela Nieto, lo haría muy muy bien porque es personal y sabe cómo sacar sonido a la guitarra. Y créanme que eso es dificilísimo. Josemi Carmona tiene guitarra que regalar y no estamos ahora para andar escatimando recursos.

Este no deja de ser un año raro, cierto. Pero es en estos momentos en los que se ve el compromiso o la cicatería de los profesionales del flamenco. Mientras algunos jóvenes y no tanto andan deseando trabajar o incluso en las colas del hambre, otros más rutilantes parecen esperar a que escampe. Pasa también en el toreo, por ejemplo. Cosas de algunas de las figuras. El caso es que al final, en cuestiones de guitarra, están siendo los veteranos y los que no están muchas veces en los grandes circuitos guitarrísticos los que acabarán siendo referencia.

Mientras tanto, nosotros vibrando con los Morentes y los Habichuelas. Fin de la primera parte por granaína y “La Aurora de Nueva York”. Referencias obligadas y nos reiteramos en la limpieza y afinación de Kiki. Hace años nadie daba un duro por él y ahora lleva la bandera Morente con guapeza y más que dignidad. Bravo.

La Abadía se vino abajo cuando apareció Pepe Habichuela. Lógico. Es de los veteranos de esto y ahí sigue. Sólo abrirse por soleá y ya sabemos que estamos en otro tiempo y en otras ideas de toque. Otra liga.

Tan flamenco como cercano. Hasta poniendo la cejilla donde no es, da juego el maestro. Y su hijo detrás diciéndole cómo ha de ponerla. Cosas del directo.

Qué más da. Como si quiere tocar un ukelele, le sacaría sonidazo.

Y más cuando del cielo baja Morente para ponerle en off un cante de levante antológico. Idea de las buenas y mucha emoción.

En esas tesituras de cantes libres se incorpora Kiki y, con los minutos, el cartel completo. Cuatro para que no digan luego que son grupo de riesgo. Acaba un recital en el que el compás llegó al final y casi de tapadillo. No fue nunca Morente de fiesta y acabose en las clausuras y se huele que José Enrique puede gustar de la misma discreción. Sería un detalle por su parte, en tiempos de tanta pirotecnia sin licencia de ruidos.

Sin ser un recital sobresaliente, hubo momentazos. Grandes recuerdos, pellizco, novedades, esperanzas y, sobre todo, muchísima Habichuela en rama.


Redacción Chalaura.com: PABLO SAN NICASIO y JULIÁN REDONDO

Foto de portada: Paco Manzano. Fotografías de interior: @sumaflamenca

Cancelada la «Silla de Oro» 2021

Reproducimos la nota de prensa que se nos remite al respecto:


Leganés, 18 de diciembre de 2020

Desde la Asociación Cultural Flamenca Jondo lamentamos profundamente tener que comunicar que el Concurso de Cante Flamenco Silla de Oro 2021 queda suspendido debido a circunstancias ajenas a la organización.

Queremos poner de manifiesto que, pese a las circunstancias que en este 2020 nos ha tocado vivir, desde la directiva de la Asociación se ha hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para que el barrio de La Fortuna y la ciudad de Leganés pudieran ofrecer, un año más, un Concurso de Cante Flamenco que tras más de 25 años ha conseguido hacerse un hueco en el gélido invierno madrileño, así como en el panorama nacional, pero finalmente no podrá tener lugar como estaba previsto en enero de 2021.

Aprovechamos la oportunidad para agradecer a los artistas que se han presentado este año y desde sus comienzos y sin los que nada de esto tendría sentido, al público que durante este largo camino nos ha acompañado y nos ha empujado a continuar con esta bonita tarea, también a todos los compañeros de los medios de comunicación, y a todas aquellas personas o instituciones que, de una manera u otra, han aportado su granito de arena para que el Concurso de Cante Flamenco Silla de Oro sea uno de los concursos más importantes del país.

Agradecemos de forma especial el apoyo y los recursos que desde el Ayuntamiento de Leganés se nos han brindado en los últimos años, y en particular al alcalde, don Santiago Llorente Gutiérrez, quien ha mostrado siempre su firme compromiso con el Concurso y con el Flamenco.

Gracias y esperamos volver a vernos pronto.

Atentamente, la Directiva

Rafael Riqueni en la Suma Flamenca 2020

Redacción www.chalaura.com

(Pablo San Nicasio Ramos y Julián Redondo)


BRAINSTORMING RIQUENI

Arrancó la atípica Suma Flamenca 2020, invernal e in-extremis, con el concierto del que fuera uno de los guitarristas predilectos del maestro Morente, dedicatario del festival de este año: Rafael Riqueni.

Aunque no es el que fue, desde luego sigue siendo ese milagro en forma de guitarrista flamenco cuya cabecita sigue dando que hablar y gozar a los flamencos.

Concierto corto para lo que nos gustaría. Pero las restricciones y los tiempos duros se imponen. Mucha ceremonia de higiene y respeto, estamos hechos ya a una dinámica de la cual más nos valdría escapar pronto. Sería buena señal.

Comenzó el maestro por granaína. Solo. De hecho medio concierto se lo raspó como deberían hacerlo todos los que se denominan grandes del toque. Eso es lo meritorio de Riqueni y nunca dejaremos de cantárselo. Que un guitarrista como él, con sus circunstancias, sea a la postre el más aficionado al toque puro, solista y clásico, deja en bastante mal lugar al grueso del escalafón. Sobre todo a los más jóvenes.

En todo caso volvamos a su granaína, tan a compás a pesar de lo libre del estilo. Con secciones en las que predominó la potencia del toque del trianero.

Por soleá, la de “los Llanos”, prosiguió Riqueni. Es uno de sus palos fuertes. Sí, es cierto que no hay la limpieza, velocidad y compás de antaño. Pero para eso estarán los que se estudien estos monumentos a la guitarra.

No dejamos de recordarlo, urge la transcripción completa de la obra de Riqueni para los que vendrán. Son piezas de repertorio de concierto para cualquier guitarrista del mundo.

Por alegrías y bulerías terminó la primera parte.

Mención a Antonio Benamargo, organizador de la Suma y uno de los protectores de Rafael tantos y tantos años.

Pasado el ecuador del recital aparecieron Manuel de la Luz y Salvador Gutiérrez. Compañeros de esta “Herencia” que lleva a los escenarios uno de los guitarristas más especiales que tenemos. Rafael Riqueni no tiene ni tendrá discípulos, ni imitadores. Es imposible. Por como es él. Eso no se aprende ni se imita. El “riquenismo” nació y morirá con Rafael. No hay más.

Ecos a Morente en la recreación a trío de “La Estrella”, los Fandangos al Niño Miguel y una estupenda fantasía por bulerías.

Lo mejor llegó afinando por rondeña y a compás de tangos. Fueron cuatro minutos, pero de los de guardar. Fin de fiesta por rumba “Domalabra”.

Lo bueno de Riqueni es que se ve cómo es. Lleva toda su vida escapando y a nosotros lo que nos gusta es verle como es él al natural. Sus, para él, imperfecciones son las que hacen que el mundo del flamenco pueda ver otra perspectiva en la soleá, en una granaína, en unos tangos. Todo es diferente, como lo hacía su añorado Manuel Molina.

Su mirada no es terrícola. No nos importa que a veces no le salgan las palabras-notas, porque sabemos sus intenciones y admitimos que ninguno de nosotros lo había pensado.

Como no habíamos podido imaginar que iba a acabar ofreciendo en una sola entrega tres versiones de Moon River, My Way y Cinema Paradiso. Qué pena que este guitarrista sea español. Como sucedió con tantos otros, si llega a nacer en Florida hoy le estábamos levantando iglesias. Bendito Rafael.

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