El panorama de la guitarra flamenca en Málaga. Entrevista a Juan Carlos Fernández
Pablo San Nicasio entrevista al guitarrista flamenco malagueño Juan Carlos Fernández
Pablo San Nicasio entrevista al guitarrista flamenco malagueño Juan Carlos Fernández
Cuando fui a la oficina de correos a recoger el envío de Guillermo Castro, me esperaba un paquete de cierto tamaño y peso, pero no esto. Un auténtico ejercicio halterofílico fue lo que tuve que hacer para transportarlo desde el punto de recibo hasta mi casa. Al peso ya prometía bastante la cosa, así que de entrada, el flamenco estaba de enhorabuena, porque guste o no, hay abundante materia de debate y consulta.
Desembalar el asunto y ver que se trataba de dos tomos, tochos en grado sumo, sobre la génesis musical del flamenco aumentó la expectativa, puesto que el tema es de aúpa. Tela marinera porque es la “madre del cordero”, la que hace que todavía hoy haya rencillas entre payos-gitanos a cuenta de quién creó esto o lo otro, quien tiene más peso aquí o allá, qué origen es el definitivo en este o aquel palo, en el flamenco mismo… y puede que, aún así, todo esto sea el cuento de nunca acabar. Nos explicamos pues, el tamaño del libro.
Esta tesis doctoral de Guillermo Castro es una importante baza para los que defienden (defendemos) la crítica y revisión de los orígenes “poéticos” del flamenco en favor de la investigación seria en lo musical, en lo realmente flamenco, el sonido. No se debe olvidar el aspecto social, geográfico y sociológico del flamenco, por supuesto que no, nunca. Pero tampoco relegar a un rincón anecdótico a aquello que sustenta todo: la música. Algo que, de manera interesada se perpetró durante décadas y de lo que muchos vivieron a base de engañar y manipular a público y afición.
Porque, en lo interpretativo, técnico o discográfico, el flamenco estará o no, en un buen momento. Pero de lo que no cabe duda es de que, de veinte años para acá, la flamencología vive su mejor momento justamente por no parecerse en nada a lo anterior. Ahora son músicos profesionales, flamencos verdaderamente preparados, los que analizan y desentrañan, documentan lo que es y lo que no es en este arte del que Paco de Lucía dijo que nunca nadie podría saber su origen.
Volviendo al libro, nos encontramos con más de mil setecientas páginas que arrancan incluso antes del Barroco (¿de verdad alguien se puede creer que la música flamenca tiene sólo dos siglos?) para concluir en la muerte de Silverio Franconetti, uno de los puntos de arranque del cante flamenco, entendido este como género musical profesionalizado.
“Génesis musical del Cante flamenco. De lo Remoto a lo tangible en la música flamenca, hasta la muerte de Silverio Franconetti”. Largo y lógico título para una tesis que analiza pormenorizadamente los cantes y estilos fundamentales del flamenco decimonónico y anterior con el complemento de una extensísima bibliografía, la notación pautada de cada cante, referencias externas, letras, variantes,…
Damos la enhorabuena a su autor por lo logrado, aprendido y difundido. Ahora toca releerlo, poner el increíble contenido sobre lo que se hace y escucha en la actualidad y ensamblar junto a estos otro par de tochos para analizar lo que ha sucedido desde la muerte de Silverio hasta llegar a hoy. Con esa otra mitad, más lo que nos ofrece Castro, tendremos mucho ganado para adivinar lo que le espera al flamenco del futuro.
Pablo San Nicasio
El Paco de Lucía de Ridley Scott
Este próximo 25 de febrero se cumplirán los primeros diez años sin Paco de Lucía. Cae en domingo. Si año jacobeo es aquel en que la festividad del apóstol Santiago cae en domingo, en buena lógica, año de Paco de Lucía debería ser aquel en que el 25 de febrero caiga en alguno de los siete días de la semana, domingo o el que sea. Sí, amigos, si el mundo fuera un lugar justo, todos los años deberían estar consagrados a Paco de Lucía y todo el calendario en los cinco continentes debería organizarse en torno a su figura. Y qué bonito sería celebrar la Nochebuena cada 21 de diciembre, que es cuando Lucía Gómez Gonçalves dio a luz al Niño Paco en un humilde pesebre de Algeciras.
—El dios de la guitarra —ya lo dice Tomatito.
Fantasías íntimas aparte, el décimo aniversario de la muerte de un icono universal de la música es siempre un momento propicio para que la industria del merchandising oportunista se deje ver volando en círculos, así que vayan preparándose ustedes para el aluvión de libros y series documentales en todas las plataformas de streaming. El Paco de Lucía de Ridley Scott ya está en fase de postproducción y el bueno de Ridley ha prometido esta vez clavar el rigor histórico, nada de licencias poéticas. Igual que los grandes grupos editoriales, que, en consonancia con el célebre perfeccionismo de Paco de Lucía, no van a dejar pasar una sola errata en sus textos. Todas las comas en su sitio y el fraseo sublime sin interrupción.
Así las cosas, el más madrugador ha sido un señor de Sevilla que firma como Manuel Alonso Escacena y nos planta un ensayo de —agárrense— cuatrocientas páginas. Paco de Lucía. El primer flamenco ilustrado (Almuzara, 2023). Enterito me lo he leído, y con gripe, para darle flamencura.
El tema arranca a la manera de Gay Talese en busca de Frank Sinatra, con el autor compartiéndonos sus odiseas para sacar información a gentes allegadas a Paco de Lucía, unas dispuestas a colaborar, otras no tanto. Destaca un misterioso personaje especialmente descortés. Siempre dice que sí y luego nunca tiene un hueco para hablar. Dos años mareando la perdiz. Manuel Alonso Escacena no dice su nombre, pero da pistas para que juguemos al Quién es quién. Uno: «Se expresa bien por WhatsApp». Dos: «Toca bien la guitarra». Tres: «Conoció mucho a Paco de Lucía». ¿Tiene barba, usa sombrero? ¿Javier Limón? No parece. El insigne productor sale luego en el libro y cuenta alguna aventurilla graciosa. ¿Alejandro Sanz? ¿Vicente Amigo? ¿Y por qué no iban a querer colaborar? ¿Acaso piensan los hombrecillos estos sacar también su propio bestseller sobre Paco de Lucía? Ni idea, pero estas maldades las agradecemos mucho los cotillas.
El libro es un gazpacho con las historias de siempre de Paco de Lucía, el padre tiránico imposible de contentar, la pelea con Camarón por los dineros de las letras, un par de anécdotas inéditas, otro par de ideas cosecha del autor y un rosario de links a vídeos de YouTube. Es interesante que Manuel Alonso Escacena insista en recalcar su voluntad de no caer en la hagiografía y que al final el resultado sea, en efecto, una hagiografía, pero es que hablamos de Paco de Lucía, por favor, la hagiografía no es que esté justificada, es que todo lo que no sea hagiografía es faltar a la verdad. Un hombre obsesionado con ganar a todos en todo, el mejor con la guitarra, el mejor con las mujeres, una oratoria que ni Séneca, inglés nivel Shakespeare. «O eres el mejor en todo o no vales para nada», parece decirle a nuestro ídolo una vocecita interior.
¿De dónde viene el perfeccionismo? ¿Es un gen que traen de fábrica algunas personas? ¿Es un virus que alguien te inocula? ¿Es una virtud o es una cruz? Con Bobby Fischer, Picasso, gente así, entendemos que alguien que es el mejor en lo suyo tiene todo el cerebro puesto en una sola cosa y no le quedan neuronas materiales para nada más, pero habría que estudiar en serio el gen perfeccionista de Paco de Lucía, porque tanta perfección en todas las cosas no es normal. Decía Antoñete que todos los toreros se mueren siempre sin hacer la faena perfecta. Con Paco de Lucía todo son faenas perfectas. Feliz año de Paco de Lucía a todos.
Germán San Nicasio
Escritor
Aquí os dejamos un vídeo resumen del concierto en el que se presentó el disco «Maestros del Arte Clásico Flamenco» que, con las guitarras originales de Ramón Montoya y Manolo de Huelva, interpretó el joven maestro de la guitarra Alejandro Hurtado.
Una mirada entre lo divino y lo humano
Diego Gallardo, referente de la fotografía, ahonda en la fuerza de la
imagen y su poder de sugestión para presentarnos una visión
apasionante y personal sobre el Flamenco.
Una selección de más de 260 fotografías, con los mejores
acabados, referentes al cante, toque y baile en los últimos 15 años.
Prologado por Martín Guerrero, patrono de la Fundación Casa Patas.
Cuenta con la participación de Luis Mariano González, teólogo y
antropólogo. De Ricardo Roízo, escultor y poeta. Y con el diseño y
maquetación de Oscar González.
Un libro que nos invita a mirar de otra forma y a poder entablar
diálogos sobre temas tan actuales como el dolor, sufrimiento,
poder, emociones, alegría, meditación o realidad.
Tras mostrar sus fotografías, a través de exposiciones, participando
en conferencias o con trabajos para el Instituto Cervantes, en
ciudades como: Belgrado, Fez, Lima, Lisboa, Rabat, Río de Janeiro,
Badajoz, Bilbao, Burgos, Cáceres, Leganés, Madrid, Mérida,
Sevilla… Con el parón impuesto (en su máxima expresión) por la
pandemia, Diego, decide apostar fuerte por la cultura y acercarnos
el flamenco.
Hablamos con el gran fotógrafo extremeño, habitual en el mundo del flamenco, Diego Gallardo. Acaba de presentar su libro «Flamencuras».
Volvemos a tener noticias, y en estos tiempos es verdaderamente meritorio, de la labor editorial en pro del flamenco de Óscar Herrero y compañía. Una firma especializada en publicaciones pedagógicas para el flamenco que en este caso nos trae seis volúmenes que se centran en el trabajo de seis técnicas esenciales en el toque: el uso del pulgar, el rasgueado, el trémolo, alzapúa, arpegio y picado.
Escritos en español e inglés, los seis tomos se basan en explicar, profundizar y aplicar estas técnicas en obras del propio maestro manchego ya publicadas en anteriores trabajos.
Libros muy indicados para los conservatorios tanto españoles, más pacatos en la introducción del flamenco, como foráneos. Y para guitarristas tanto flamencos como de otros estilos, que a buen seguro necesitarán de los consejos de Óscar Herrero en la diversificación de sus técnicas.
Desde la introducción se nos indica que ha sido a base de años de clases y convivencia con la problemática real del alumno con lo que Óscar Herrero pudo sacar las conclusiones y soluciones técnicas que en estos volúmenes se extraen.
Libros que contienen valiosísimos ejercicios de preparación a cada una de las técnicas (eso de tocar sin anestesia directamente las obras de los grandes es verdaderamente arriesgado para la moral y el físico de cualquier aprendiz de guitarrista).
Las publicaciones en definitiva son verdaderas macro unidades didácticas que cualquier opositor estaría encantado de firmar en su examen. Y no damos ideas, pero ciertamente marcan el camino de muchos de los que aspiran a ser alguien en esto de la pedagogía del flamenco. De nuevo enhorabuena y gracias.
Tal y como está y estará todo lo relacionado con las artes en el viejo continente, siempre es una gran noticia que aparezcan y nos manden discos nuevos de guitarra flamenca. Y más aún si los que se meten en estas lides son extranjeros, que cada vez menos foráneos deben de sentirse los que tocan esta música tan ibérica.
Caso de Arturo Ramón, guitarrista de La Haya de padre español y con amplísima formación guitarrística. Como debe ser.
Uno más de los innumerables productos surgidos al abrigo del Codarts de Rotterdam de Paco Peña y Ricardo Mendeville, de los baretos flamencos de allá y de los escenarios siempre propicios de la Biennale de flamenco que cada dos años tiene lugar en los Países Bajos.
Con este apoyo al flamenco en un país de la extensión de Holanda es fácil que nos encontremos cada cierto tiempo reseñando nuevos y buenos guitarristas flamencos. Un ejemplo. Nos dáis mucha envidia, Países Bajos.
Arturo Ramón se embarca en “Contrastes” en su segunda aventura en solitario, lo cual no es poco teniendo en cuenta su edad y que, además, ha intervenido en otros cinco discos.
Disco en el que predomina el compás en sus once piezas. Hasta cuatro bulerías. Y luego tangos, alegrías, rumba, sevillanas… taranta y minera como contraste.
Vemos un guitarrista de una técnica depurada, sonido que ya es soniketazo y que se encuadra en los que persiguen la ortodoxia haciendo caso a las últimas influencias estéticas vigentes y que, sin duda, estaría perfectamente capacitado para vivir del flamenco tanto en Holanda como en España.
No es poco lo que decimos, a lo que hay que añadir un gusto por lo intimista del toque y una búsqueda de la limpieza de sonido que le hacen un buen embajador de la guitarra. Otro que se añade a la lista de compatriotas, algunos míticos, que han hecho de aquellas tierras un buen Dorado al que acudir en caso de sequía de vocación sin prejuicios ni remilgos. Bravo Arturo.
REDACCIÓN WWW.CHALAURA.COM
Tercera entrega de lo que es, sin duda, lo más relevante que en materia bibliográfica y discográfica le está sucediendo al flamenco últimamente.
Nos referimos a la verdadera génesis del cante, de la ortodoxia, del estudio erudito del mismo y de la restauración de un género hoy por hoy en su enésima encrucijada. Todo en forma de publicaciones más que contundentes bajo la firma de Carlos Martín Ballester.
Porque damos por seguro que a la mayoría de los aficionados y profesionales les suena Tomás Pavón, y mucho. Hablarán, comentarán, escribirán y alguno dirá que hasta le trató. Pero otra cosa es que lo conozcan a fondo, tanto como a su hermana, que lo consideren sinceramente músico de cabecera o indispensable en sus creaciones flamencas. Digan lo que digan. Eso, cuatro. Y de los considerados raritos.
Ahora ya no hay excusas para escuchar con atención, conocimiento y total admiración la que fue obra de un eslabón nada perdido del cante flamenco.
Con prólogo de José María Velázquez-Gaztelu, el grueso del trabajo (un libro de más de trescientas páginas y un CD verdaderamente único) corre a cargo del mencionado Carlos Martín Ballester, poseedor de los audios primos y gerente cuidadoso de que esta edificación catedralicia asiente su tercer pilar en la figura del “gran hermano”, que diría su amigo Gamboa en el capítulo correspondiente.
Archivo del que se valora sobremanera el disco, no podía ser de otra forma al ser todo él el mayor archivo de Tomás a disposición del oyente, pero cuyo libro no merece tampoco un elogio menor. Del primero, hay que recordar que no fue Tomás amigo de lo social, ni de grabar, ni del estrellato. Así que las sesiones de estudio que aquí se proponen totalmente audibles resultan en cantidad algo ridículo, por ejemplo, en comparación con el legado de su hermana, pero muy trascendente en relación al género en su totalidad y calidad. Este señor era de los de quince muletazos y toda la plaza de acuerdo.
Ramón Soler en las consideraciones al cante, Norberto Torres como comentarista de lo que la sonanta hizo con el jipío de Tomás, además de los mencionados trabajos historiográficos y ensayísticos del propio Ballester y Gamboa, rematan un “tocho” que da la misma pena que ansia subrayarlo, comentarlo al pie y llevárselo en el petate a todas partes. Como Dominguín le dijo a la diosa, esto hay que contarlo cuanto antes.
Es Ballester un enamorado del coleccionismo, musical y más allá, como no lo hay en nuestro país. De modo que lo que tenga que mostrar al mundo desde sus estanterías no tendrá discusión. Y francamente, al igual que sucedió con las entregas de Chacón y Manuel Torres, en el caso de Tomás Pavón el resultado se nos antoja, al menos en los tiempos actuales, insuperable.
Sin duda, obra definitiva. Como también lo será la cuarta entrega, que en breve tendrá a su hermanísima Pastora como protagonista.
Pablo San Nicasio
Fotos: Beatrix Molnar
Cantaora a la que conocimos sobre las tablas en el espectáculo “Petisa Loca”, de Sara Calero, no hace tanto, y que ahora nos presenta el directo en forma de disco “Lo Traigo Andao”. Concierto grabado en El Escorial junto al gran guitarrista jerezano Javier Patino, el violonchelo de Javier Morillas y las percusiones de Raúl Domínguez. Equipazo.
Es Gema Caballero una voz que suena a estudiada y curtida a pesar de su juventud. Y choca porque cuando la ves en persona te imaginas una voz incipiente, aún delicada y con la lógica falta de desgarro. Qué lejos de la realidad.
Este concierto es la muestra de que Gema tiene conocimiento pero también coraje para salir prácticamente sola y “rasparse” un concierto largo, difícil, tradicional con su vuelta de tuerca y con el flamenco más complejo por bandera, y salir totalmente airosa.
Formada en todas las facetas del cante y con los mejores maestros, Gema Caballero reivindica aquí otra de las caras, la solista, la del cante “alante”. Revisando cantes flamencos no muy flanqueados por los cantaores (serrana, caracoles, columpio, zambra…), otros folclóricos llevados a la estética flamenca (canciones populares españolas) y todos con su personal visión de tonos, giros y cadencias. Interesante todo como material de estudio y aportaciones de esta granaina que pisa fuerte.
Segundo disco que ya pone sobre la mesa a una cantaora con fundamentos para afrontar lo que le pongan delante. Lo trae andao y bien, además.
www.chalaura.com
Fotografías: Antorique
Por Pablo San Nicasio @pablosannicasio
Conocí a María en el festival de Guitarra de Petrer, en 2007. Resultaba deslumbrante. Una especie de Carmen de Bizet pero más talentosa. Sin tanto lugar para la pulsión gratuita. Ella no quería, no iba por ahí. María era la versión tuneada de la española de rompe y rasga.