Entrevista al compositor Mauricio Sotelo
Entrevista en vídeo de Pablo San Nicasio al compositor Mauricio Sotelo, gran creador académico y colaborador con el flamenco.
Entrevista en vídeo de Pablo San Nicasio al compositor Mauricio Sotelo, gran creador académico y colaborador con el flamenco.
Hablamos con el guitarrista costarricense Manuel Montero, uno de los puntales más importantes de la guitarra flamenca (y clásica) venidos desde Iberoamérica.
Pablo San Nicasio entrevista a uno de los pocos, quizá el único, alumno que tuvo Paco de Lucía. Conversamos con un veterano pero todavía excelente guitarrista y profesor de guitarra flamenca.
Redacción www.chalaura.com
No es tarea fácil anunciarse en un teatro como los del Canal de Madrid entre las dos Sumas Flamencas. Con el público haciendo balance de la juvenil y pensando en la de los «mayores». Pero esa apuesta entre dos tierras la hicieron los muy conocidos, consagrados pero siempre frescos de ideas José Luis Montón y Sandra Carrasco. Artistas del flamenco que sin embargo prometían «Canciones al Oído». Más riesgo, anunciar algo que no tiene por qué ser flamenco, su terreno innato, a la afición al género.
Artistas personales y, muy importante, reconocibles. En el caso del guitarrista catalán estamos ante un maestro que huye de atletismos para centrarse en profundidades y matices sonoros y melódicos. Y desde que se abrió de capa se notaba, volvíamos a ese universo tan suyo de, sí, flamencura, pero también diálogos y conversaciones que ahí están en discos de tantos y tantos artistas y en los suyos propios. Una guitarra que gusta de no quedarse sola y que dejó piezas tan soberbias como el mítico «Inténtalo Encontrar» que un disco con querencia estrenó pero que la noche del miércoles revivió en la boca de la cantaora onubense Sandra Carrasco.
Atrevida y casi herética para un cancerbero de la articulación barroca resultaría la versión de «Air» que en lo flamenco expuso Montón. Obra bachiana que aparece en su último disco y que Sandra reviste de una solemnidad que se nos hace rara, acostumbrados a una cantaora visceral y desmelenada como es ella. Bien es cierto que ninguno de los dos protagonistas fueron nunca suspicaces al qué dirán.
Al siguiente tema, más jondura «Tu pelo». Canción melódica pero con ecos de granaína que enlazó a una versión por bulerías de «La Tarara» que de nuevo nos agarró a una Carrasco doliente.
La primera artista invitada en aparecer fue la jiennense «Roko», una voz absolutamente angelical que dio paso a la verdadera voz melódica. Quizá, ella sí, jugaba en casa.
Impactante también resultó ver el diálogo entre Carrasco y Montón, ojo, verbalizando. Nuevos tiempos de guitarra que sin duda tendrán que adecuarse a unos tiempos de peleas de gallos, de estilos urbanos y músicas de otro tipo de raíz. Sin duda curioso.
Llevábamos media hora larga pero a la vez un buen número de registros, algunos muy desconocidos, de estos artistas que saben reinventarse, tirar de recursos (que tienen) y enriquecerse con artistas con los que se saben compatibles. Roko desde luego era una de ellos.
Otro es Javier Ruibal. Capo supremo que apareció entre aplausos y fervor de un público que siempre le quiere ver. Y acto seguido aires de guajira para batirse en el trópico con Carrasco en melodías con aires caribeños. Y hay que ser sinceros, los registros de quejío, dolientes, flamencos, de Sandra Carrasco eran cimas. No nos cansaríamos nunca de escucharla por ahí. Nuestro oído aún no se hace a la otra versión, melódica, de una artista cuyo jipío es único. Y cada vez que tiraba al monte del fandango… se encontraba como pez en el agua. Quizá es la mejor del momento.
Iban llegando las horas del remate a una noche titánica para los dos cómplices. Algo que lo puso el cuerpo de Marco Flores, genial bailaor gaditano que, ya lo verán, tiene el cetro de la danza mundial en el horizonte. Algunos colegas suyos también van por ese camino. El «Fred Astaire del flamenco» en voz de Sandra Carrasco. Miembro de una generación de coreógrafos y bailarines (ores) única y que, suele pasar, no valoramos mucho por estos pagos. Pero recuerden, nos lo volverán a decir y repetir desde fuera.
Volvió «Roko» para interpretar «Princesa» con un juego guitarrístico del todo contrapuntístico por parte de Montón y todos en fin de fiesta a un día de «canciones difíciles pero muy bonitas». Está claro que la cabecita pensante de José Luis no es del Montón.
FUTURO
Ciertamente se agradece siempre que haya formatos para jóvenes. No porque el flamenco esté carente de cantera solvente, que siempre la ha tenido y creemos que la tendrá. Como afición, que parece que no hay o cada vez menos, pero de eso nada.
Lo que sucede es que a los aficionados les gusta, nos gusta, tener un muestrario que tome la temperatura de lo que le espera a este arte en los años próximos, cuando ya no estén los veteranos y las estrellas más rutilantes de la actualidad vayan perdiendo, siempre desde la lógica la ley de vida, el brillo artístico. Tener un serial en el que en formato de terna, muy taurino, los «novilleros» del flamenco se batan el cobre
El guitarrista madrileño Ángel Flores salió por tarantas con su guitarra bien educada. Curtida en el conservatorio, el tablao, el acompañamiento, etc. Es decir, poco que reprocharle de entrada si nos ponemos con los peros que se les suele poner a los jóvenes por parte de sus mayores. Estos vienen con la teoría, al menos, muy bien aprendida. Y con la práctica parece que también. Sólo les falta la solera, aunque a tenor de cómo le suena la sonanta a Flores, parece que tiene 25 años más. Su taranta estuvo llena de ortodoxia en los tonos, la estructura y casi en las formas. Decimos casi porque introdujo armónicos octavados en una melodía que resultó sobria pero muy buena como aperitivo. No abrió los ojos. Vino a tocar y disfrutar.
Buen toque también por soleá. Dentro de una sobriedad que denota que Ángel conoce, lo decíamos, el toque «por derecho» y a partir de él compone con criterio. Buenos trémolos en toda su intervención y sorpresivo paso a soleá por bulerías. Final meteórico y estupendo calentamiento.
Agradecido y comprometido con la causa, Ángel dio paso a los palmeros que por alegrías pondrían compás a una creación que rubricaría la pertinencia de su inclusión en el ciclo. Guitarristas jóvenes, originales, formados, con garra y fundamentos verdaderos para hacer carrera en esto. Ángel Flores desde luego que sí. Luego Dios dirá, de momento, ellos lo dan todo.
Ángeles Toledano, jiennense, fue la segunda en intervenir. Cantaora que arrancó por levante y cantes de sus latitudes, que conoce bien. Giros muy personales, con un acompañamiento muy bien empastado, ensayado, personal, paralelo, de su Benito Bernal.
Siguió por alegrías, mucho más generosa. Número que domina y que lleva bien metido en su repertorio. Con vídeos casi virales en la Red y es por algo. Muy técnica pero también con garra. No tanta sal, pero sí poderío. Algo que quizá la seguiriya no tuvo, sin perder la técnica. Estamos ante una juventud arrolladora que, conforme gane en metal dorado de experiencia será un auténtico dolor seguiriyero.
Con un agradecimiento emocionado, como sucedió con Ángel Flores, agradeció su inclusión en el serial y dio paso a unas bulerías de introducción memorable. Vaya para de palmeros son los hermanos Gamero, ojito porque serán como esos que casi son más famosos que los artistas a los que jalean. Importantísima labor y no menos meritoria el compás de esta cantaora.
Desde luego madera de artista y de flamenca hay. Que la suerte le acompañe y la industria y las tripas de este arte no la quemen, todos los agradeceremos.
Turno final para Rebeca Ortega. Joven bailaora madrileña que se trajo un plantel acompañante de lujo. Paisanos todos con muchísimas tablas que llevaron en volandas un soberano taranto.
Interludio por bulerías de un cuadro sencillamente excepcional y paso final a la alegría con la bata de cola y el mantón que no son cargas en esta mujer, a la que sí se adivina más poderío que búsqueda obsesiva por la estética. Y eso que las estampas con la guitarra de fondo de Jesús de Rosario las firmaba cualquiera de las grandes. Y por grandes queremos decir, mayores.
Resumimos, tres valores, con potencial y fundamentos para soplarle en la oreja a los que acomodados ven pasar los años. Lástima la descompensación de tiempo, la guitarra poco frente a sus dos compañeras. Aún así buena muestra de lo que hay y sobre todo, habrá.
REDACCIÓN CHALAURA.COM (Pablo San Nicasio y Julián Redondo)
ÁNGEL FLORES Guitarra en concierto (Madrid); Álvaro y Fernando Gamero, compás.
ÁNGELES TOLEDANO Cantaora de Jaén; Benito Bernal, Guitarrista. Álvaro y Fernando Gamero, compás.
REBECA ORTEGA Bailaora de Madrid; Juañares y Saúl Quirós, Cante; Jesús de Rosario, guitarra. Martín Revuelo, palmas.
Entrevistamos a un joven y excelente guitarrista flamenco francés con orígenes granadinos, Pepe Fernández, que acaba de sacar su primer disco al mercado.
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Entrevistamos al guitarrista sevillano Salvador Gutiérrez, que acaba de publicar su primer disco «11 Bordones».
Disco que incluye temas de una solvencia técnica más que notable, como la rumba «La Barranca», que el ecijano interpreta junto al guitarrista Antonio Rey. Unas estupendas, originales y reposadas bulerías «Caminillo de la Estación» llenas de peso y flamencura. Como las alegrías «Plaza de Colón», en las que se nota que estamos ante un guitarrista que ha cambiado el sentido de su toque, que no su concepto, para orientar su creación a la guitarra solista. Estos «11 Bordones» no son acumulaciones de falsetas agrupadas por compás.
Salvador Gutiérrez le da una alegría a la guitarra flamenca y de paso hace un repaso biográfico y emocional evocando a sus padres, a sus «padres» musicales, como Paco de Lucía y Sabicas y llevando su guitarra a un terreno que no por inexplorado le resulta incómodo al sevillano.
Variedad de toques y registros. Con otra bulería que fluye más jerezana y que recuerda a Paco de Lucía o una seguiriya con cabal que nos lleva al ortodoxo Sabicas. Bravo por Salvador, que se mete en toques para nada explorados en la guitarra de concierto como los estupendos tientos del final.
Salvador Gutiérrez siempre estuvo capacitado para el toque solista, siempre lo tuvo, lo retuvo y ahora lo demuestra. Nunca es tarde.