Entrevista a Chano Domínguez
Pablo San Nicasio entrevista al gran pianista gaditano Chano Domínguez
Pablo San Nicasio entrevista al gran pianista gaditano Chano Domínguez
Entrevistamos a Abdón Alcaraz (Murcia, 16-XII-1976). ¿Cómo que quién es este hombre? Ante todo uno de los principales baluartes que tenemos en el piano flamenco. Encuadrado en la primera generación más o menos numerosa de pianistas flamencos (y de más cosas) donde es la formación rigurosa y multicultural la que rige, más allá de castas o linajes. Aquí hay conservatorio, calle, multitud de países y músicas a las espaldas y sobre todo afición. Todo junto. Presenta su nuevo “Bolero Flamenco”, segundo disco tras su archipremiado debut, y qué mejor sitio que nuestra web para saludar a la afición.
Sin duda la figura de Chano Domínguez (Cádiz, 29-3-1960) posee un peso similar a la de los grandes jazzmen de Norteamérica. Es más, es posible que su bagaje sea mayor, puesto que tiene asimilados los conceptos del jazz, el flamenco y la copla como una única visión musical. Estamos, sin duda, ante uno de los mejores músicos de España en la actualidad.
Su carácter incombustible no está reñido con la capacidad de reinvención. Y, mientras acaba de reeditar sus antológicas versiones de copla junto a Chano Domínguez, María Isabel Quiñones Gutiérrez, “Martirio”, ya prepara junto a su hijo Raúl Rodríguez un disco donde se podrá ver por fin un verdadero dúo de sangre y talento. Eso que se les resistía, pero estaba ahí, en sus mentes. Unas pocas horas antes de cantar en Galileo charlamos con una artista fundamental en la historia moderna de este país. Histórica porque ya con “Jarcha” se la oía cantar aquello de…”Libertad, libertad…”
Es el nombre artístico de María Isabel Quiñones Gutiérrez (Huelva, 21-3-1954). Cantante cuyos inicios se vincularon a “Jarcha”, emblemático grupo de la Transición. Más tarde fue miembro de “Veneno”, grupo en el que puso voz a la música de Kiko Veneno y los hermanos Amador, creadores a su vez del mítico “Pata Negra”.
Ya en solitario a partir del año 86, Martirio se arma de unas inconfundibles gafas de sol y peineta y sobre su talento se mueve como pez en el agua en el eclecticismo que supone cantar flamenco, copla, guaracha, pop, jazz, rock, bolero…