LECCIONES DE GUITARRERO

Sabíamos de su trabajo y conocíamos sus productos, pero faltaba acercarnos al taller y comprobar como, ya con total independencia, surgía de la nada una guitarra con su firma exclusiva. Ahora sí, José Antonio Lagunar coge las riendas del oficio y de su propio sello y comienza una andadura que promete. No sólo hablamos con él. También probamos las primeras guitarras flamencas que llevan su etiqueta. Sensaciones inmejorables que reafirman que tenemos ante nosotros a un grande de la luthería.

 

Texto: Pablo San Nicasio

Fotografías: Archivo José Antonio Lagunar

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Estás empezando a caminar solo

“Estoy todavía haciéndome la web. Llevo independiente dos meses. En Julio cumplió el contrato de marca y seguí mi camino solo”.

Pero llevabas tiempo, mucho, en esto

Soy sobrino de Alfredo Lagunar, que junto con Ignacio Rozas era el primer oficial de Contreras. Cuando Ignacio se independizó entré a cargo de mi tío. Él tenía el taller dentro de casa y aprendí el oficio desde pequeño. Veía a mi tío trabajar  y el olor aquel…tan raro, pues me gustaba. Realmente me gustaban todos los trabajos manuales desde siempre. Y recuerdo desde bien pequeño como él nos daba un pincelito a los chavales para que le quitáramos el polvo (Risas). Con el tiempo dejé los estudios porque tenía claro que lo mío era aquello.

Él me puso a prueba para ver si valía para esto. Llevo ya treinta años trabajando para la firma Contreras. Hasta hace dos meses”.

Eso son muchas guitarras

“Ni sé ya cuántas habré hecho. Las que se catalogaban como de estudio eran guitarras de fábrica, como bien se sabe. Pero las que llevaban número (4, 3, 2, 1, doble tapa, doble tapa con resonador, Décimo Aniversario, Veinticinco Aniversario, la Carlevaro…) esas son artesanales y pasaban por mis manos”.

 

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Esa última guitarra de la que hablas es muy mítica

“Tuve suerte de trabajar con mi tío en ella hasta que Carlevaro le vendió la patente a un luthier alemán.  Es una guitarra con una gran complicación de construcción y supongo que hoy sólo se hará por encargo. A don Abel Carlevaro le llegó a conocer mi tío. Entre ellos dos y Manuel Contreras hicieron los diseños”.

O sea, que tu maestro fue tu tio

“Eso es. Y luego Manuel Contreras pasaba la inspección. Así que cualquier cosa que hubiera tenía que ser aprobada por Manuel Contreras. Que una cosa que él hacía y yo sigo es el acabado muy cuidado tanto por fuera como por dentro de la guitarra. Para que cualquiera que llegue y meta un espejito no vea ninguna mancha de cola, arañazos…”

Un maestro y dos jefes, Manuel y Pablo Contreras

“Eso es. Con Manuel no llegué a estar de primer oficial, algo que sí logré estando Pablo Contreras en la gerencia. De todos modos en Contreras no había un trato discriminatorio con respecto al rango, de hecho muchas veces trabajaba y tenía cometidos de oficial de primera aunque todavía no lo fuera. No era un escalafón militar. Y por ejemplo Pablo cualquier cosa que quería introducir o innovar en las guitarras lo hablaba con todos”.

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¿Hay alguna tarea que signifique que uno sabe hacer una guitarra? Que sea el paso hacia ser oficial de primera

“Sí, el cerrado de la guitarra. Es algo muy delicado porque luego la altura de cuerda va muy ligado a ello. Cuando te encargan eso es que ya has avanzado mucho en el oficio. También labrar el diapasón es algo tremendamente delicado”.

¿Realmente hay mucha diferencia entre la clásica y la flamenca?

“Nosotros poníamos el mismo varetaje en las flamencas que en las clásicas. Las primeras, no obstante son algo más estrechitas y cambia la altura de cuerdas. Pero las diferencias no eran abismales. Y si era en ciprés o madera negra era a petición de cliente. De hecho acabo de hacer una flamenca en cocobolo, para Sudáfrica”.

Esa madera está de moda

“Suele venir de CentroAmérica. De Madagascar viene el que sustituyó al de Río. Y lo hace bien, tanto en espectacularidad como en sonido. Se ha empezado a explotar ahora también y ya se está volviendo casi a la situación que tenía el palosanto de Río, porque la industria del mueble está utilizándolo mucho. Y el Cocobolo también se tiende a restringir… veremos a ver cómo vienen los tiempos”.

Habrá que buscar sustitutivos

“El ciricote, otros… se están barajando sustitutivos, pero no a gran escala. Hay que amoldarse a todo porque los tiempos cambian y hay que actualizarse. Mira, el pino abeto alemán también tiene problemas, porque la tala en la Selva Negra está prohibida. Y si te fijas en los almacenes, ya no pone pino abeto alemán, pone pino abeto centroeuropeo. Mucho viene de Ucrania, Suiza…”.

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Eso y que los guitarristas son exigentes… no les vale cualquier cosa

“Claro, hay que reponer constantemente. Porque además la madera se tiene que secar bien, no me valen los secaderos industriales. El cristalizado de la resina no llega a ser del todo bueno y es mejor rematarlo en el taller. Así que hay que traerlas con tiempo para reponer lo que se usa y que vaya secando bien la madera recién traída”.

¿Qué opinas de esa moda de la segunda boca en el aro superior?

“Hay algunos guitarreros que lo hacen en todas sus guitarras. Yo me nutro de opiniones de guitarristas y creo que cuando tocas en una sala pequeña la llenas. Pero cuando lo haces en una sala grande ese agujero se tiene que tapar porque pierde mucho sonido por ahí. La guitarra es una caja hermética, las cenefas no sólo adornan, sobre todo cierran herméticamente la guitarra. Así que todo el sonido se canaliza en la boca y si abres otra boca… pierdes sonido de la principal, aunque tú te escuches mejor. Y muchas traen la tapita para la boca del aro superior. Algunas extraen la tapa y en otras guitarras es corredera para dejarlo a gusto de consumidor. Cosas que pasan… no sé si lo experimentaré alguna vez. No es algo que me atraiga demasiado”.

Fuera se experimenta con la fibra de carbono también

“Sí, eso sí. Los mástiles llevan fibra de carbono porque los estabilizan mucho. Aún así no puedes poner mucha porque te puedes cargar la guitarra. También se ha experimentado mucho con nomex, las varetas con fibra de carbono, el grosor de las tapas… y las respuestas de las guitarras varían mucho. Generalmente los cambios de este tipo implican que las guitarras tengan una gran explosión pero luego se estabilizan. La madera sin embargo no arranca tan rápido pero van ganando en colorido y potencia con los años”.

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De todos modos… yo creo que la guitarra tampoco ha evolucionado tanto con los siglos. Se había llegado a un buen punto, ¿no?

“Se siguen experimentando muchas cosas. Me encanta ver vídeos en el YOUTUBE y ves de todo. Desde los amateurs que se complican mucho, hasta los más veteranos que tienen sus detalles personales… la verdad es que lo que sí ha hecho la guitarra es expandirse en cuanto a guitarreros y guitarristas. Y hay muchos que se quieren construir su propio instrumento. Hoy compran los kits preconfigurados para hacer la guitarra, incluso con los aros domados, con lo cual no necesitas ni hornillo. Y ellos dicen que se han hecho su guitarra, aunque no vayan a dar un concierto ni vivan de construir  guitarras”.

Ya, pero de ahí a ser buen luthier…

“Claro claro, eso es otra cosa. Este oficio es un mundo curioso. Muchas veces ves guitarras de hace cien años y descubres que ya entonces se hacían cosas increíbles, o incluso cosas con las que tú estabas experimentando y pensabas que era la mayor de las innovaciones. Y a avanzar algo se llega tras hacer muchas guitarras. No precisamente con un kit prefabricado para pegar como un mecano”.

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Clientes célebres habéis tenido

“Contreras tuvo muchísimos. José María Gallardo, David Broza, Cardoso, los Romero… date cuenta que esa marca circula por todo el mundo. Y no sólo los que venían a tienda, también por Internet hubo peticiones muy relevantes”.

Ahora que eres independiente has empezado haciendo flamencas, casi lo opuesto a lo normal con Contreras

“En ellas busco sustain de sonido pero no tanto como la clásica. Tienen buena respuesta pero no quiero que los flamencos tengan que apagar, eso es una incomodidad para ellos. Y tampoco quiero que rompa y cecee la cuerda en exceso. De todos modos siempre me guío por las condiciones del guitarrista y sus peticiones específicas. He hecho una en Madagascar y otra en ciprés, que están en “Guitarras Flamenco Madrid”. Ellos tienen las dos primeras piezas que he hecho con mi firma exclusiva”.

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¿Qué tiros [longitud de mástil] sueles trabajar?

“El estándar que trabajo para clásica es 650 [mm], pero luego cada guitarrista puede pedir un 664, hasta un 630. Y te prometo que cada uno es un mundo”.

¿Y eso realmente no repercute en el sonido?

“Algo sí se nota, sobre todo la de 630. Pero ojo, hay que tratar de buscar una línea de calidades para que el tiro no influya. No puedes tener una especialidad y que cuando un cliente coja una de 630 note un bajón. Se tiene que procurar que la calidad sea alta siempre. Esto es algo de cajón, pero es complicado. Volvemos a lo mismo, es cuestión de oficio y saber hacer”.

¿Cómo pinta el futuro?

“Bien, con gran ilusión y todos los proyectos del mundo. Tengo ya apartadas unas tapas para unas guitarras de clásica y tendrán el suelo de ébano. Una novedad, relativamente. Y tengo muchas esperanzas, bien trabajada no resultará pesada. En mente tengo previsto hacer unas veinticinco guitarras al año. Y nueve o diez días de vacaciones… no más.

El futuro definitivamente vendrá por tener unos buenos productos y unos precios competitivos. Esas guitarras que has probado están en unos precios que no se ven casi por ahí, y creo que teniendo en cuenta cómo son esto es una apuesta total”.

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@pablosannicasio    @chalauracom

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