Redacción www.chalaura.com
Artista que no sólo profundiza en el cante más tradicional, también en la creación de cantables más novedosos, Ezequiel Benítez ya lleva casi una década consolidándose como uno de los cantaores no sólo más completos, sino también más originales y estudiosos del panorama jerezano.
En el recién finalizado 2015 abordó la consecución de “Quimeras del Tiempo”, álbum donde se muestran mejor que en ningún otro todas sus facetas estéticas.
No sólo las suyas, también las de su padre Alfredo Benítez, singular creador jerezano con quien Ezequiel registra la mayoría de las letras y temas de este disco. Ambas personas bien conocidas no sólo en su región, también en el mundo del arte en general. No en balde han ganado premios de notable prestigio y son varios los cantantes de cierta solera que han interpretado sus canciones.
De un metal cristalino y una vocalización clara (qué importante es eso) Ezequiel Benítez destaca en “Quimeras del Tiempo” en cuatro puntos según nuestro criterio: la soberbia adaptación y revisión de las bulerías del Chaqueta que abren el disco, un auténtico temazo que impresiona. En los dos fandangos (por soleá y del Pinto) y su milonga personal.
Estamos ante un cantaor con conocimiento, que adapta su interpretación a cada estilo. No asentándose en unas formas inmóviles válidas para cualquier contexto, Ezequiel otorga a cada palo y a cada letra el carácter adecuado. Ese es el “gol” de Ezequiel, lo que le hace original.
Y ese final, con esas bulerías de letra “cachonda” (y más allá) con todos los compadres de fiesta. Disco muy a tener en cuenta, dentro de lo poco que se valora hoy en día a nuestros jóvenes valores, sobre todo por aquí.
Unas “Quimeras” que además cuentan con las importantes sonantas de Rafael Rodríguez, Parrilla, Javier Patino, Keco Baldomero, José de Pura, Javier Ibáñez y las guindas guitarrísticas de Paco Cepero y Diego del Morao.
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