“Me gusta casi más escuchar guitarra, que tocarla”

 

Es uno de los guitarristas del momento. Y eso que no le gusta salirse del tiesto acompañante. Pero a Manuel Valencia Medrano (Jerez, 1984) ya le va picando el gusano concertista y, de momento, nos deja este “Entre mis Manos”, disco de debut donde no sólo brillan las bulerías y las seguiriyas. En Jerez también saben tocar por rumba y por seguiriya. A punto de coger un tren nos regala un rato de charleta.

Fotografías: Laia Albert

Texto: Pablo San Nicasio Ramos @pablosannicasio


Te vas a Inglaterra en breve a dar conciertos, de tu disco. Eso mola mucho, ¿no?

“Dos en Londres y un en Newcastle. Estoy muy contento”.

¿Tú crees que si no tuvieras el disco no se te tomaría tanto en serio como guitarrista?

“Como tocaor para cantar no lo creo, pero como guitarrista, con entidad… no digo que no me ganase la vida. Porque como acompañante me da para vivir y tirar para adelante, pero la vertiente solista es algo complementario y que responde más bien a mis inquietudes. Y además sí, da más entidad a todo”.

Sentías la necesidad

“Desde hace tres años más o menos. Y justo después del Giraldillo de la Bienal, pues sí que se aceleró la necesidad y la posibilidad de que este trabajo fuera más rodado”.

Es un disco muy variado, dentro de que los de Jerez Y oye, la rumba, un temazo

“Me lo han dicho. Y me gusta porque tardé poco en hacerla pero quedó redonda. Sí que es cierto que en Jerez nos inclinamos más por los palos rítmicos. Pero también hay que romper barreras”.

 

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¿Cómo conseguiste el tema de Fernando Terremoto?

“No concebía un disco mío sin su voz. Y mi amigo Félix Vázquez, que iba con él de técnico de sonido, tenía una grabación muy buena, de un directo. Que además estaba grabada por pistas, y la parte de la voz estaba muy limpia, con el tono y la velocidad que a mí me gustan y no lo dudé”.

¿Hay mucho suyo inédito?

“No te creas. Y es una pena porque era un artistazo. Se puede considerar mi maestro en el flamenco y en la guitarra. Porque además tocaba muy bien. De hecho su maestro directo fue Manuel Morao. Y por eso mi escuela bebe de Morao. Fernando iba para guitarrista porque su madre le dijo que tenía que tocar pero él lo hacía a disgusto. Y no iba a jugar con sus amigos por la dichosa guitarra. Luego con los años se alegró de saber tocar”.

Pero tú fuiste también con Balao

“Sí, pero por temporadas, iba unos meses y cogía unos temas y pasaban unos meses, volvía…en fin. También con Fernando Moreno estuve un año y medio. Y cogía vídeos de Morao, de Parrilla…”

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Fíjate que pensaba que me ibas a decir vídeos de Paco, de Manolo…

“Yo a Paco de Lucía lo empecé a comprender cuando vi el documental “Francisco Sánchez”. Yo hasta entonces me preguntaba por qué todo el mundo consideraba a Paco de Lucía el icono, el líder absoluto. Yo estaba más en el rollo vicentero, de Manolo… pero fue ver aquello y me entró una fiebre total. Vídeos, libros, entrevistas… en Jerez yo había bebido de Periquín, Parrilla, Morao… pero no comprendía todavía la asimilación del grueso de guitarristas de estar tan claramente un peldaño por debajo. Yo me preguntaba constantemente por qué”.

¿Distinguías tus búsquedas en función de si acompañaban al cante o eran solistas?

“No, los metía a todos en el mismo saco. No es lo mismo, está claro. Pero es que  todos tienen la escuela del cante. Y eso se nota mucho. Los mejores guitarristas siempre han pasado por la escuela del cante y del baile. Es lo natural”.

Pues lo mismo tú conoces colegas de profesión que no les quedan más narices que acompañar sin gustarle.

“Claro que los conozco. Pero tienen que vivir de algo. No son aficionados al cante pero tienen que asumirlo. Y se nota mucho. Sobre todo por el plano en el que se ponen a la hora de tocar. Que no asumen su rol. Parrilla dijo que “cuando el guitarrista acompaña su plano es el primer plano como acompañante, que no es lo mismo que el segundo plano”. Lo que quiere decir el maestro se entiende perfectamente”.

“Los mejores guitarristas siempre han pasado por la escuela del cante y del baile. Es lo natural”

También hay que saber comprenderles en lo humano

“Hay que ser un poco psicólogo con ellos. Cada uno de ellos es un mundo. Da igual la edad. Con Jesús Méndez es con quien más confianza tengo y cuando voy en el coche con él le pregunto: ¿Qué llevas hoy? Por saber qué va a cantar. Y me dice que no ha dormido bien, o que tiene la garganta así o así. Son seres especiales. Y luego las horas que nos pegamos los guitarristas con los cantaores. Esa convivencia también marca. Y si ahí no hay buena relación con el cantaor, poco hay que hacer luego en el escenario”.

Ahora mismo estás con Jesús, Macanita…

“También a veces con Vicente Soto… pero mis amigos no me llaman porque se creen que estoy todo el día fuera, de gira. Y a ciencia cierta no es así. Casi todos los fines de semana estoy trabajando, pero vamos, que en Jerez se puede quedar conmigo”.

También te has enrolado en algún montaje de Manuel Morao

“El espectáculo que más me marcó con él fue “Tierra Cantaora”. Eran seis espectáculos diferentes para seis días seguidos. Basado en la vendimia. Me tiré tres meses ensayando mañana y tarde. Iba con Pepe del Morao, su nieto, también guitarrista. Lo malo es que no se volvió a programar”.

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¿Cuándo te llama Gerardo?

“Recuerdo que estaba pescando con Jesús Méndez. En el Puerto de Santa María. De noche. Y veo una llamada de Gerardo Núñez. Qué raro. Para que me fuera con él a dos conciertos, a Milán y Turín. Imagínate. Y yo sin saber qué iba a tocar. Pero ya me diría él lo que tendría que tocar. Y fíjate que Jesús Méndez ya iba con él de cantaor y no sospechaba nada.

Así que nos hemos tirado tres o cuatro años de conciertos por toda Europa”.

Y ¿cómo es?

“Tiene una confianza abrumadora en sí mismo. Arrolladora. Te enseña en lo guitarrístico muchas cosas, postura, mano izquierda, trucos… y si le enseñas una falseta es capaz de decirte que eso no vale nada. Y eso te hace motivarte. Yo me liaba a estudiar en cuanto llegaba a casa para ver si al siguiente concierto mejoraba y él lo notaba. Muchas cosas las he aprendido con él en el mismo escenario, sin hablarlas previamente”.

Planifícate tu vida profesional ideal ¿más concertista que acompañante?

“Mitad y mitad. Soy feliz haciendo las dos cosas. Pero como concertista estoy partiendo de cero, así que anda que no me queda por caminar…”.

Volviendo al disco, la rumba es lo que más me gusta, junto con la soleá por bulerías. Y no sé si eso es una ofensa, siendo de Jerez tú.

“No, qué va. A mi me gusta también”.

 

“Esa convivencia también marca. Y si ahí no hay buena relación con el cantaor, poco hay que hacer luego en el escenario”

 

El disco se llama como la rondeña

“Expresa mi concepto de guitarra. Cómo concibo yo la guitarra. No hay alardes técnicos. Pocas notas. Y trato de decir y expresar mucho con ello”.

Amigo, pero eso es también técnica

“Quería decir mucho con poco. Gerardo me decía que dejara que sonara la guitarra, que no tuviera prisa. Fíjate”.

Pues se lleva mucho el atletismo

“Pues para nada estoy a favor. Me gustan que me saquen los oles. Porque claro, en la primera escala digo que qué bien. Pero a la cuarta ya le estoy pidiendo que empiece a tocar. Fíjate, me gusta más escuchar que tocar”.

Para terminar, vamos a revisar tu linaje flamenco. Esta tenía que ser la primera pregunta, pero analicemos: Manuel Valencia Medrano

“Soy gitano, por los dos lados. La familia de mi padre viene de Lebrija. Familia de los Valencia, como el cantaor. Mi padre es Valencia Carrasco. Y también emparentado con los Guerrero, de la Macanita.

Por parte de madre, los Medrano de Sanlúcar. También tengo un apellido Carpio y otro Pantoja, de los Pantoja folclóricos.

Valencia, Medrano, Carrasco, Pantoja, Guerrero, Jiménez, Vargas y Carpio. Ocho apellidos gitanos (Risas).

Imagínate que le dices a tu madre que quieres ser astrofísico, te curten a gorrazos….

“Jajajaja, no qué va. Hice hasta bachillerato. No hice la selectividad porque me volqué con la guitarra. Empecé un grado superior de informática pero no duré nada. Un día me llamó Enrique el Zambo, estando yo con la mochila para ir a clase y todo, que necesitaba un guitarrista para una fiesta en Córdoba. Y para Córdoba. Al día siguiente yo ya tuve claro que tenía que dedicarme a la guitarra. Lo demás era marear la perdiz”.

Tu hijo sale en el disco

“Se monta la fiesta él solo. Me gustaría que supiera de qué va esto. Pero que haga lo que quiera. A mí nadie me dijo que tocara la guitarra. Y si él quiere que lo haga, pero estudiando, dejándose la vida en ello. Aquí nadie regala nada”.

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@chalauracom

 

 

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