«Afrontar el flamenco y su día a día es todo un reto»
Cuando esta web ve algo que le gusta, procura indagar. Y al final del 2016 nos encontramos en la Casa de Granada en Madrid con un recital atrayente. María Lucía Borreguero Leiva, Lucía Leiva (Montoro, Córdoba. 1986) con la guitarra de David Navarro. Homenaje a Pastora y Pinto. Un cantaora de una pieza que había que seguir. Desde luego, por poderío, afición y conocimientos, una artista con tremendo futuro.
Por Pablo San Nicasio @pablosannicasio
Una cordobesa viviendo en Granada
“Por motivos sentimentales me he venido aquí desde hace dos años. Ciertamente hoy el flamenco está descentralizado, y hay que moverse desde cualquier punto. Así que no me ha influido mucho a nivel profesional”.
¿Con antecedentes flamencos?
“Sí, porque mi madre, sin ser profesional, siempre ha sido muy aficionada. En casa siempre estaba la radio puesta, con copla y flamenco. Además cantaba saetas. Pero es que además mi abuelo tenía un ventorrillo, un bar o venta de los de mi zona, y allí siempre sonaba Pinto, Pastora, Caracol, Marchena…”
Pero tengo entendido que además académicos
“Sí, porque mi madre me metió en el conservatorio. Eran años en los que podías hacer dos instrumentos a la vez. Así que hice clarinete y guitarra. Pero dos años después se quitó esa ley que permitía la duplicidad y me quedé con el clarinete. Hice grado elemental y medio. Luego estudié grado superior de Flamencología en el conservatorio de Córdoba”.
¿Y lo del cante?
“Es raro porque yo empecé tocando y no tenía ninguna vocación de cantar. Pero con los años me apunté a un coro rociero y fui la que hacía los solos. Así que con quince o dieciséis años ya me decidí. Me iba con una bailaora y le cantaba, luego empecé con las saetas…”
«creo que los que sabemos música tenemos una herramienta muy útil. Más socorrida en mi opinión que saber las cosas de oído»
Llama la atención esa inclinación
“Es lógica porque en Montoro no ha habido casi nunca guitarristas. Así que las saetas ha sido lo más normal. Eso, y que allí la Semana Santa se hace de una manera especial. Antes la peña tenía concurso y todo, pero ya no. Es una pena, pero bueno”.
Otra faceta tuya, la de los concursos
“No me gustan mucho pero reconozco que son necesarios. Uno estudia y se prepara las cosas muy bien. Y siempre queda ese trabajo. Me he presentado a los más prestigiosos y, el hecho de no tener manager o “padrino”, como se suele decir, ha influido para que lo siga haciendo. Es la manera de darse a conocer. De todos modos en los concursos me siento diferente. He escuchado grabaciones mías de concursos y otras de recitales haciendo los mismos cantes y la diferencia es notoria. En los concursos uno está más tenso, buscando la perfección, el hacerlo todo cuadrado para el jurado. En los recitales me noto más relajada”.
Volviendo a los años del conservatorio, ¿cómo lleva una cantaora estudiar flamencología?
“Pues muy bien. Porque además yo sabía música y podía hacer transcripciones de los cantes, nota a nota. Eso, que parece obvio, viene fenomenal a la hora de aprender cómo se canta cada estilo. Y creo que los que sabemos música académica tenemos una herramienta muy útil a la hora de cantar. Más socorrida en mi opinión que saber las cosas de oído. Y luego, independientemente de todo, es que con los años si no tienes la titulación del conservatorio se va a hacer muy difícil poder trabajar”.
En la Casa de Granada vimos un espectáculo difícil por lo complejo del repertorio y a la vez por lo conocido. Pinto y Pastora son dos “hits” para los aficionados
“Claro. Yo los había escuchado de siempre en casa. Además no sólo sus discos, también las versiones de Carmen Linares de Pastora, que me encantan. Me gustó mucho además sus historias personales, sus amores, cómo y cuando fallecieron…esas circunstancias tan especiales. Y, para rematar, el hecho de que Juan Valderrama escribiera aquellas letras en su honor. No tuve duda y me animé con el espectáculo”.
Llevas buen guitarrista
“Con David Navarro hay buena amistad y a la vez una compenetración muy flamenca. Se trata de pasarlo bien y, aunque no es imprescindible la amistad entre artistas, desde luego que ayuda a pasarlo bien y a mejorar. Nos conocimos acompañando a Inma Aguilar, profesora de baile en el conservatorio de Grado Medio en Córdoba”.
¿Te animarías con la copla? Lo digo por ese poderío tuyo en el escenario
«Me gusta la copla. Pero estoy centrada con el flamenco. También es respeto y miedo. Afrontar el día a día del flamenco ya es un reto en sí mismo para cualquier artista, como para pensar además en cantar copla. Nunca se sabe, el tiempo lo dirá».
Para este 2017 ¿Qué tenemos?
“Pues tengo que decirte que el día del concierto en la Casa de Granada sólo llevaba dos semanas sabiendo que estaba embarazada. Así que te puedes imaginar que este año tiene un protagonista. No obstante el día 10 de marzo cantaré en el “Círculo de la Amistad” de Córdoba. Por cierto, en esa fecha nació la Niña de los Peines. Y tras dar a luz espero ponerme a grabar mi disco. Lo que no sé aún es si con material de este espectáculo o bien con cantes diferentes. Ah, y que no se olvide que el 7 de abril estaremos de nuevo en Madrid, en la Casa de Granada cantando y hablando sobre las saetas».
@chalauracom