“Leo de Aurora no es Caño Roto”
Es un ser especial. Por cómo se expresa con su guitarra y con las palabras. Todo lo demuestra en su disco-libro “Montoyas y Mayas en la Aurora”. Leónides Maya Maya (Madrid. 1981) deja muy claro en esta entrevista cuáles son sus referentes y sus puntos cardinales flamencos. Se quita etiquetas, localismos y nos deja con ganas de escuchar y leer de nuevo esta pieza que evoca y homenajea a sagas imprescindibles del toque flamenco.
Por Pablo San Nicasio Ramos @pablosannicasio
“Montoyas y Mayas en la Aurora”, vayamos por partes. Don Ramón Montoya fue..
“Hermano del abuelo de mi abuelo. Origen en Madridejos, Toledo. Todos guitarristas. No todos guitarristas flamencos profesionales. Pero sí gente con muchísima formación musical, solfeo, tocaban incluso el acordeón… músicos que se preocupaban de ciertos avances. De hecho Don Ramón yo creo que se le debe considerar el Bach de la guitarra flamenca. No era la guitarra una cuestión de hobby u oficio leve. Y creo que a Vicente Montoya, hermano mayor de don Ramón y su maestro, le hacemos aquí un homenaje.
Es como Ramón de Algeciras y Paco de Lucía, si se me permite. Todo tiene que estar en su sitio y a todos se les debe valorar, y creo que hacía falta homenajear a Vicente”.
Imagino que querías hacer justicia
“Era un poco decir de dónde vengo yo. Yo lo sé. Y vengo de concertistas, de unas raíces que me parecía imprescindible dar a conocer. Esas raíces me marcan mi disciplina, mis sueños. Ahí está mi padre, mi hermano…”
Qué responsabilidad
“Yo recuerdo que cuando una vez toqué en los Veranos de la Villa, con siete años. Estaba todo el flamenco en las butacas. Lo presentaba Paco Sánchez y Félix Grande. Había 500 personas al aire libre. Cuando salí no me enteraba mucho… pero yo creo que ya sabía cuál era mi identidad y lo que había detrás. La verdad es que en este viaje de la guitarra que he compartido por ejemplo con mi hermano, me he dado cuenta de lo importante que es saber, primero de dónde vienes y luego ser tú”.
El apellido Maya sí que es más bailaor o más versátil, no tan guitarrístico ¿Tuviste veleidades bailaoras?
“Yo no, pero ahí está mi primo José Maya en París, una figura del baile. Él ha reconocido que tiene que hacer un viaje, como lo hizo Paco de Lucía con su guitarra. Depende los sueños de cada uno así emprenderás. Y José ahí está”.
¿Y tú?¿Tienes inquietudes viajeras?
“En el libro disco hay un tema chill-out. Te comento: volvemos al origen. Yo llevo viajando desde los siete años que me fue a Utrecht con mi padre. Y desde entonces fui a Roma con Maurice Bejart, en la India, con Blanca del Rey, en Singapur, en Nueva York… y ahí he indagado. He descubierto otras influencias. Pero quizá en otras corrientes: el funky, cosas de Albinoni, el chill-out, Michael Jackson,… estoy buscando una identidad y creo que voy por el camino”.
¿Qué diferencias estableces entre tu forma de tocar y la de tu hermano?
“Pues que él es Jerónimo. El de arriba, el que nos da el Sol cada mañana, le ha dado una estrella. Sus técnicas son suyas. Él será Jerónimo siempre. Y yo igual, con mis conceptos. Nos queremos y nos respetamos”.
El dúo que teníais ¿Sigue vigente?
“Siempre lo estará. Hemos marcado una identidad en la guitarra. Es algo diferente”.
¿No ves necesario revivir ese concepto del dúo?
“Cuando hicimos nuestro primer tema “Guitarras Hermanas” y desde entonces acá… ha pasado tiempo, me paro a pensar. Y con guitarra desnuda, sin más aderezo, apostábamos por música diferente. Con evocaciones a Reinhardt, a Steve Wonder… es un concepto que hicimos hace poco en Fuenlabrada. Es música nuestra llenándonos de las esencias de los grandes. Me acuerdo de Luis Miguel, Sinatra…”
«He nacido en un barrio, pero soy otra cosa. Y esto quiero que quede claro. Lo necesitaba expresar. No quiero que se me encasille ahí. Es que ni pienso en ellos, pienso en los grandes, pienso en Paco de Lucía, en Ramón Montoya, o en mi padre»
¿Cuándo te llega la idea u obligación de escribir?
“Tengo que decir que cuando uno tiene vida y la vive te aparecen regalos como Basilio García Cañada, director de la editorial Pigmalión. Que me tendió la mano cuando yo pasaba por una de esas etapas que pasamos los músicos. Y me animó a escribir mis pensamientos y mis vivencias. Ese empujón me llegó en el mejor momento. Este es un disco de veinticinco años de carrera”.
Tus hijos ¿Tocan la guitarra?
“El chiquitín empieza este año. Con cinco años recién cumplidos. Y su abuelo Felipe Maya será su maestro. ¿Quién mejor? Mi hija Elisabeth cuando estaba en el carro dormía con la guitarra, no lloraba cuando yo tocaba. Era para mí una señal. El niño me dice que quiere tocar. Y mi padre, a sus sesenta y cinco años, es uno de los guitarristas con más conocimiento que puede haber hoy día”.
Sale el “Corral de la Morería” en la portada
“Ese sitio es Leo de Aurora. Desde los cinco años que fui con mi padre al Corral a escuchar a Chaquetón, a Curro de Jerez… a tantos artistas. Y subí con seis años a tocar delante de unos reyes. Y Blanca me escuchó y salió llorando de la emoción. Ella estuvo en mi bautizo. Mi padre fue guitarrista del Corral 38 años…ese lugar para mí significa formación, acompañar a Belén López, Juan Andrés Maya… y muchos otros grandes. Todos los grandes de las tres disciplinas han pasado por el tablao. Es una manera de alimentarte del flamenco y de su esencia”.
«Tal y como vamos dejando nuestra historia, así se nos conocerá luego. No es lo que queremos hacer. Es lo que suena cuando le damos al “play”
¿El flamenco de ese estilo, estética de tablao, corre peligro?
“Pienso que el trabajo interior es lo que necesitamos. Está el flamenco en un auge muy bueno, con grandes artistas en todas las áreas. Con mucha información. Se está intentando salir de las raíces, a la vez. Y eso es Ramón Montoya, Sabicas, Niño Ricardo, Paco de Lucía… y en ese camino no podemos rechazar el legado de estos hombres. Innovar, si. Pero sin una raíz fuerte… no.
Tal y como vamos dejando nuestra historia, así se nos conocerá luego. No es lo que queremos hacer. Es lo que suena cuando le damos al “play”.
Me gustaría que me dejaras claras tus diferencias y semejanzas con ese ente llamado “Caño Roto”.
“Yo no tengo nada de Caño Roto. No me identifico con un barrio. Leo de Aurora no es Caño Roto, es nieto de Ramón Montoya, es Granada, Mario Maya, Manolete, Madrid, que es la corte, Jerónimo, Felipe Maya. Leo de Aurora es un guitarrista que cuida el rasgueo desde los cinco años. Que busca tener un peso por bulerías, por tango. Yo no quiero que se me encasille en Caño Roto. He nacido en un barrio, pero soy otra cosa. Y esto quiero que quede claro. Lo necesitaba expresar. No quiero que se me encasille ahí. Es que ni pienso en ellos, pienso en los grandes, pienso en Paco de Lucía, en Ramón Montoya, o en mi padre y le digo que me ponga falsetas por jaberas…
Creo que esa es una falsa identidad. Algo además trasnochado porque hubo un sonido llamado “Caño Roto”, donde estaban “Los Chorbos”, “Manzanita”… pero eso no es una identidad. Yo no me he juntado con los guitarristas de Caño Roto. Yo me he juntado con mis compañeros guitarristas, con “Tomatito”, Vicente, Gerardo Núñez… Paco de Lucía nació y no dijo cómo se tocaba en Algeciras. Él cogió su guitarra y se fue a tocar a los Estados Unidos, a la Bienal de Sevilla… o a Caño Roto pero no por el barrio, ¡por el guitarrista en cuestión!. Yo soy Montoya y Maya, no de un barrio. Si me han llamado a tocar en muchos sitios, no es por un localismo. Es por una guitarra que bebe de muchas fuentes.
Se puede ser de muchos barrios de Andalucía, pero no por ser de un barrio determinado vas a ser más flamenco o estar pasado de ritmo. El escenario es el que marca. Y la personalidad de cada uno”.
@chalauracom
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