«EL FLAMENCO SE APRENDE POR ÓSMOSIS»
Algún día habrá que hablar de lo que se conoce como la “tensión musical no resuelta”. Concepto que explica un fenómeno que muchas veces sucede entre los profesionales. Te quedas con ganas de tocar con alguien, así como más en la intimidad. No tanto en una banda con otros tropecientos mil, algo que puede que lleves haciendo media vida. Hablamos de disfrutar del vis a vis musical más directo. Y eso mismo es lo que ha terminado pasando con Josemi Carmona y Javier Colina, viejos lobos conocidos desde «antes de los dolores» que, una vez decididos, nos presentan “De Cerca”, su criatura instrumental fruto de su talento presentado hace unos días en el Teatro Lara.
Texto: Pablo San Nicasio
Fotos:
¿Desde cuando os conocéis?
Josemi: “En el primer disco de “La Barbería” ya tocamos juntos; y así de trabajar más juntos todavía en el “Shonghai 2”, en el disco de Perico Sambeat también… así que ni se sabe la de años que hemos tocado juntos».
Javier: «Uno va viendo al músico que tiene enfrente y, no porque sea mejor o peor, pero es que la manera de sentir y de entender la música está ahí. Y siempre hubo idea de trabajar juntos porque en todo eso éramos muy afines».
Josemi, me acordé de tu padre cuando vi el disco, de lo que hizo con el contrabajista Dave Holland. A lo mejor le has preguntado muchas cosas para abordar esto con Javier
Josemi: «¿Sabes qué pasa? Que mis dos discos de dúo ha dado la casualidad de que uno era con un bajista eléctrico y el otro con un contrabajista. Pero lo que de verdad contaba para mí era el corazón de ellos, no lo que tocaran».
Instrumentalmente ¿hay mucho cambio de un bajista a un contrabajista? desde el punto de vista de un guitarrista, como digo
Josemi: “El disco con Benavent es más casi como si él fuera otro guitarrista. Carles no es un bajista al uso. No hace picados, es que alucinas como pica a su manera, te deja hecho polvo. Y Javier canta con su contrabajo. Hace melodías muy claras, que parecen muy fáciles pero que a otro no le salen. Y en teoría son facilísimas, pero en teoría, como digo».
Javier ¿Eres músico académico?
«No, estudié un par de años por aquello de la técnica de arco, pero soy más callejero que otra cosa. Además empecé a tocar el contrabajo con veintiséis años, no me podía dedicar a muchas florituras académicas. Me tenía que poner a tocar ya de ya. No obstante yo era músico desde pequeño. En mi casa se tocaba el acordeón, luego en mi comunión me regalaron una guitarra… el instrumento definitivo fue el contrabajo pero las manos y el corazón eran músicos desde hacía años. Y con Josemi habría habido feeling si yo tocara la flauta y él el bombardino. Daría lo mismo».
¿Cómo abordasteis el disco?
Josemi: «hay improvisación pero también hay falsetas hechas. Hacemos esas variaciones e improvisamos sobre melodías. Incorporamos la improvisación de jazz sobre las melodías que, como digo, realmente son falsetas. Y los temas más de jazz, que tienen estructura jazzera pura losmetemos en compás flamenco».
¿Eso es lo que llaman fusión?
Javier: «Es un diálogo para obtener resultados nuevos. Lo que sí veo es mucho equilibrio entre el jazz y el flamenco. Es una obra que tiene de todo, dentro de la música acústica que hemos grabado».
¿Con qué música habéis convivido más aparte de la vuestra inicial?
Josemi: «el jazz y el flamenco tienen reflejos comunes en el comportamiento de sus músicos. Se cazan las interacciones entre ellos. De todos modos yo he tenido épocas. Me gustó mucho la música brasileña, el pop con Ketama, lo latino… ahora que estoy con Jorge girando me ha tocado la fibra el jazz, pero no me considero jazzero. Me acerco a él pero con muchísimo respeto y algo de distancia porque como digo no soy jazzero, soy un músico que vive con el jazz aprendiendo de él».
Javier: «lo que se conoce como jazz, se refiere hoy en día a dos cosas: por un lado a la música afroamericana de raíz, cultural, popular… y en los festivales prácticamente se considera jazz a cualquier música improvisada aunque no sea es tan así. Por ejemplo Pat Metheny no es un guitarrista clásico de jazz, pero se le considera jazzero. Son puntos de vista.
Y este disco no suena a música americana, aunque haya standards americanos de los años treinta, pero desde un punto de vista flamenco, improvisado. Es algo que diferencia claramente a esta música del jazz ortodoxo. Y suena a flamenco porque Josemi suena a flamenco casi antes de coger la guitarra y la actitud de acercamiento a mucho de lo que hay aquí es flamenca o latina, no tanto ortodoxa americana».
Este es un espectáculo a tres, con Bandolero. Pero imagino que algunos amigos vuestros que aparecen por aquí se subirán al escenario…
Josemi: “Claro. No nos cerramos a que venga Jorge Pardo o aquel que tenga una idea de proyecto…»
Sois familia de Jorge
Javier: “El primer trabajo que hice en Madrid lo hice con él».
Josemi: “El tema “El incomprendido” se lo oí yo tocar a Jorge en “Los Canasteros” cuando yo tenía seis años. Y él acababa de hacer el “Sólo Quiero Caminar” con Paco.
Morente aparece y sobrevuela en el disco
Josemi: “Su música está tan viva o más que cuando estaba aquí. Y lo mismo pasa con Paco. Mi padre, yo lo pienso así, creo que piensa a veces que cualquier día aparecerá en casa con sus pelos a vernos y preguntarnos qué hacemos…”
Javier: ¿Cómo ves el mundillo del contrabajo flamenco? Sois pocos, pero ¿asentados ya?¿Con escuela propia?
Javier: “Está en vías de desarrollo. Se ha utilizado más en las mezclas que a la hora de tocar flamenco en sí. Vamos, si me ponen a tocar bulerías de esas de Jerez… cojo y levanto las manos. Las cuerdas del contrabajo oscilan despacio, pero su sonoridad sí aporta. Empuja muy bien la música.
Sobre lo otro, lo más importante a la hora de crear técnica específica es tocar y tocar. El flamenco se aprende por ósmosis, no tanto pensando. Se tiene que tocar y rápidamente juntarte con cuanta más gente mejor. En las músicas populares la partitura no funciona tanto…»
¿Qué está haciendo tu padre, Josemi?
Josemi: «Sigue dándole duro. Ahora hay dos cosas bonitas en su horizonte. Le van a hacer un documental importante, sólo dedicado a él. Serán seis directores, como seis cuerdas. Y yo, en cuanto me mude de casa, me pondré a grabar con él y hacerle el disco. Que no veas cómo está tocando de profundo. No se puede hacer nada después de escucharle… así que Pepe Habichuela golpeará pronto”.