«Yo sueño por la noche, y cuando me levanto me acuerdo. Y digo: ahí va eso, ya tienes objetivos»

Las Tertulias de Flamenco de la “Quinta del Sordo”, que organiza nuestra web, invitaron hace unos meses a nuestro compañero periodista Antonio Alcántara para abordar el tema, nada fácil, de los cantes del laboreo. Y para ilustrar la conferencia nos trajo Antonio una perla. Descubrimos el cante de Francisco Escudero Márquez, “El Perrete” (Lanzarote. 1992). Un jovencísimo valor del cante extremeño que dejó a la audiencia gratamente sorprendida. Por su conocimiento, calidad, amplitud de registros y actitud hacia su profesión. Quisimos conocerle más de cerca.


Por Pablo San Nicasio Ramos @pablosannicasio

¿Por qué lo de “Perrete”?

“Por lo de tranquilo. Hace años me decían mis amigos, mis conocidos… que mira que yo era sosegado y tranquilo. Antes de un concierto me puedes ver ensayando medio tumbado en la silla. Y qué perro eres y qué tal o cual… pero es que no, es que iba en serio. Total, que cuando me hizo falta un nombre artístico,  ya lo tenía, me lo habían puesto ellos. Rotundamente, “El Perrete”.

Nacido en Lanzarote

“Por circunstancias familiares, pero al poco tiempo estaba ya en Badajoz. Mi familia materna es gallega y la de mi padre extremeña. Esta última es la que tiene la vena flamenca”.

Escudero es ciertamente un apellido muy flamenco

“Lo sé. Me he arrimado mucho a mi abuelo, que cantaba cosas de Pepe Pinto, Marchena, Caracol, Valderrama… Y sé que mi bisabuela Pilar cantaba muy bien. De hecho una vez que pasó Pastora Pavón por Badajoz preguntó por gente que cantara bien y la oyó. Por lo que me cuentan le gustó mucho.

Mi tío es hijo de “El Peregrino”, así que en Badajoz y por vía paterna me han venido cosas muy interesantes a nivel flamenco”.

¿Un flamenco ortodoxo?

“Yo creo que heterodoxo, a la manera de cada uno, más bien. Se hacen las cosas como son, porque se sabe que eso va ahí, pero fuera de todo academicismo”.

¿El salto cuándo lo diste?

“Me fui por circunstancias familiares a Galicia y volví a Extremadura con catorce o quince años. Ya con todo clarísimo. No tanto por el hecho de volver a Badajoz, sino porque sabía que tenía que cantar, que formarme, que estar con mi círculo de arte. Así que me metí en una peña, escuchaba allí mucho cante. Gané la beca para estudiar y me fui a la Fundación “Cristinta Heeren”. Fue un tiempo que guardaré con mucho cariño. Estuve con Jeromo, Vicente Gelo, Paco Cortés, Virginia Gámez… y muchos más. Guardo gran recuerdo”.

«Le tengo fobia a una pecera. ¿Sabes qué? Antes de andar quise correr y me  caí. Se tienen que dar las condiciones. Tengo aún veinticuatro años”

Volviste ¿muy cambiado?

“Bueno, yo soy un cantaor al que le gusta mucho el flamenco de la calle, y aprender ahí. Pero está claro que en la Fundación te dan audiciones, te estructuran el conocimiento, te aportan nuevas visiones del flamenco, te modulan y enseñan a manejar tu voz. Es decir, que es imprescindible. Pero bueno, yo tenía mi idea del flamenco y en eso soy tozudo”.

En Badajoz la referencia es “el Porras” ¿o no?

“Hombre, es una bandera. Como también “La Marelu”. También todos aquellos cantaores de Sevilla que nos han influido a los que hemos estudiado allí, hablo de varias generaciones de artistas.

Pero Extremadura no golpea tanto como otras regiones ¿Por qué?

“No se sabe muy bien por qué, pero es así. Aún así ya se nos ve en programaciones de festivales nacionales e internacionales”.

¿Qué tiene el cante y los cantaores de Extremadura?

“Pues la tónica general es la rapidez de la voz. Ese rizo que no se ve en otros sitios. Sí, puede ser que nos influya la herencia de Porrina de Badajoz, pero no hace falta que tengas esa voz. Uno puede tener un metal ronco o una voz seca, que al final saca ese rizo por algún lado. Es curioso”.

Me llamó mucho la atención tu conocimiento a la hora de abordar cantes tan áridos y a la vez complejos como los cantes del laboreo

“Esto fue gracias a Antonio Alcántara. Son cantes complejos que te tienen que gustar y tienes que estar por la labor, y nunca mejor dicho. El concurso al que me presenté en mi tierra yo creo que es el único donde se abordan estos estilos”.

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¿Se presentó mucha gente?

“En mi año hubo no muchos, pero fuimos algunos, bastantes, los jóvenes que nos atrevimos. Es complejo porque tienes un cante que hay que actualizar, hacer que sea audible a los auditorios. No se puede abusar de voz, porque date cuenta de que son estilos hechos al pie del arado, de la mula, con frío… además es flamenco hecho por no profesionales. Hay que actualizarlos y hacerlos materia de concierto sin despojarlos de lo esencial”.

Y ¿en qué centrarías tus fuertes?

“Quizá lo mejor sería que te cuente lo que dicen. De entrada te diré que ningún cante me gusta más que otros. Pero bueno, uno canta mejor lo que más escucha. Y yo los fandangos los llevo escuchando desde siempre. Por ejemplo, hace tiempo en un concurso de Cáceres hice una seguiriya que hoy se menciona mucho y, bueno, me da miedo que se me encasille.

Como otras veces que te dicen que haces los cantes de Porrina. Pues hombre ¿Ha ido usted a un recital mío? No se puede generalizar. Es cierto que los cantaores extremeños debemos difundir el legado y las formas de, por ejemplo, Porrina de Badajoz. Pero en una seguiriya mía nada huele a Porrina, o por soleá, o por malagueña…. Sí, por tangos extremeños sí. Pero ahí también está Miguel Vargas, Ramón “El Portugués” y tantos otros. Hay giros, como lo hacía “El Cojo de Málaga” o Fregenal…”.

¿Tienes en mente disco?

“Me han propuesto una cosa que me gusta mucho. Pero no me veo todavía para meterme en eso. Le tengo fobia a una pecera. ¿Sabes qué? Antes de andar quise correr y me  caí. Se tienen que dar las condiciones. Tengo aún veinticuatro años”.

¿Y el futuro?

“Estaremos en Cáceres en una peña con lo de la conferencia de los cantes de laboreo. Estaré por Monesterio también, en la Posada del Potro de Córdoba…”

Me gusta mucho preguntarle a los artistas que despuntan si lo que se están encontrando es lo que se esperaban

“Aún no tengo opinión. El camino fácil me ha tocado en el flamenco de mi casa, de mi entorno. Pero subir al escenario me lo he tenido que ganar. Algunos te pueden decir otra cosa, pero yo lo veo así. A mí lo que me gusta es relacionarme con mis maestros, aprender de ellos, que me quieran mis amigos, que sea una alegría juntarse con Cancanilla y que me diga cantes que no conocía. Y a mí eso me anima el día.

Yo sueño por la noche y cuando me levanto me acuerdo. Y digo: ahí va eso, ya tienes objetivos. Cuando era pequeño oía como en los concursos le decían a los ganadores que se iban a la fundación Cristina Heeren. O que te entreviste este, o que vengas a Madrid… y se va consiguiendo. Poco a poco”.

Bueno, lo mismo ya has soñado un cartel ideal, imagínate que eres programador

“Pues mira. Trataría de tener amplitud de miras. Me gusta acordarme de los viejos, de los que pegan fuerte, de los jóvenes, de los maduros… no se trata de tener un super nombre, pero sí de llevar a gente que con media letrita por soleá, me acuerdo de ese Antonio Rubio. Son detalles que no te encuentras casi nunca en festivales, sólo en círculos muy reducidos. Y te hablo de mi tierra. Pero lo mismo pasará en Almería, en Granada… cada sitio tiene sus artistas desconocidos que aportan tanto… ese Juan Villar que casi no se le ve cantar, a la “Negra”… y no pararía de llevar gente de todas las edades para que ese joven vea a ese hombre mayor en su camerino y convivan… eso es precioso”.

@chalauracom

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