Casa de Granada. Ciclo de conciertos homenaje a Manuel de Falla

Jake Shane en la Casa de Granada

El Cante de Eva Romo

 

Fotografías: Naemi Ueta y Alfonso Otero

En la primera aparición, Eva Romo canta la letra por toná Hay un camino largo/que todo el mundo recorre. Y eso no lo niego, pero ese camino tiene muchos ramales. Ella está pisando uno poco recorrido, o como escribe el poeta americano Robert Frost, un road less traveled. Hablo del camino del arte puro, sin plataformas ni pretensiones. O por lo menos eso pienso yo. Yo qué sé, soy solo un guiri aflamencado.

El segundo tema era un compendio de tangos, seguido por una malagueña del Mellizo y luego una farruca atípica, todas cantadas con una voz melosa e impactante. Eva tiene una voz que te pone tenso y te relaja tres veces en un solo compás. Y la mezcla de palos que cantó le dio un aire fresco al concierto, algo un poco más allá del camino principal.

Eva y su excelente acompañante Pablo San Nicasio dieron la talla, rodeados por un público de calidad, que incluyó nombres como Rafael Aguirre, el presente y futuro de la guitarra española; Jesús Chozas, que hoy en día define la voz flamenco jondo castizo; Romualdo Molina, flamencólogo sin par; la actriz María Pastor en primera fila que, os lo juro, me miró por lo menos una vez por casualidad; y el torero de autor Germán San Nicasio.

Un corto desvarío… Hace unos años vi por primera vez a Eva cantar en el Ateneo de Madrid, y durante toda la actuación me sentí raro, pero raro como una palabra inventada, me sentí jubilotristeza. Durante una granaína su voz me agrietó y me saltaron las lágrimas, y no soy muy de lágrimas. Ni siquiera lloré cuando un coche atropelló a mi perro de toda la vida. Así que desde entonces después de un concierto me pregunto si el cantante me emocionó como Eva, y la respuesta siempre es no. En fin, debe de ser un delito cantar tan divino, y la próxima oportunidad que tenga voy a preguntarle a ella, porque esa bella figura es licenciada en Criminología. Una fenómena.

Después de una bulería Eva se retiró al camerino y Pablo San Nicasio tocó dos temas buenísimos, el primero dedicado a Rafael Aguirre y el segundo a su novia y hermano, y volvió Eva al escenario para cantar su granaína y media granaína incomparables, seguido por uno de los palos de ida y vuelta más efervescentes, la guajira. Continuaron el buen humor con unos caracoles, y después una gran versión de Fandangos de Huelva, con poca guitarra pero con mucho compás. Así toca Pablo, ni una nota extra, dedicado completamente al éxito del cante.

Terminaron con una bulería maravillosa, con Pablo tocando falsetas de Diego del Gastor y Eva cantando una letra cachonda de Niña de los Peines. Los dos se levantaron de sus sillas y terminaron el concierto de pie, la sala llena de un aire festivo, el público contento de haber acompañado a Eva un ratito en su camino luminoso.

@jakeshanemusic

(Jake Shane es cantautor y profesor de inglés y español nacido en Illinois)

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«El Milagro de Eva Romo», por Germán San Nicasio

El milagro de Eva Romo, con la colaboración especial de Pablo San Nicasio

 

Por cuestiones de pudor, incompatibilidad de actividades, conflictos de intereses y otras sinvergonzonerías deontológicas que a menudo atormentan el alma de los grandes peces gordos del negocio periodístico, Rupert Murdoch, Pedro Jota, Casimiro García Abadillo, etecé, etecé, es más que probable que mis jefes de Chalaúra no se atrevan a publicar la pequeña

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Eva Romo

El devenir flamenco de “Eva Romo” se reparte entre la provincia de Granada, Madrid y Sevilla. La primera región porque es su residencia habitual y porque es donde comenzó sus incursiones flamencas. Galardonada en el concurso de granaínas de la capital del Darro, su talento le valió para ser becada para prolongar su formación flamenca en la sevillana Fundación “Cristina Heeren”, institución que la puso en contacto con personalidades como Paco Cortés, Calixto Sánchez, Jeromo o José de la Tomasa, entre otros.

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