EXCELENTÍSIMO SEÑOR TOMATITO

Hasta ahora, cada vez que los guardias tenían que parar al amigo Tomate por darle zapatilla al coche, siempre se repetía la misma historia:

—La documentación.

—Soy Tomatito.

—Muy bien, señor Tomatito. La documentación.

A partir del consejo de Ministros del 23 de diciembre (2016), queridos guardias, habrá que llamarle Excelentísimo Señor Tomatito. Excelentísimo Señor don José Fernández Torres. Le acaban de premiar con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Enhorabuena.

El tema éste se supone que es competencia del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. El año pasado fueron 29 las medallas que se concedieron, este año 21. La idea es aguantar un par de años más y cerrar el chiringuito. Ya lo decía John Goodman, esto no es un supermercado donde vas y coges lo que quieres, algún día se acabarán los artistas. Paso a referirles a continuación el listado completo de agraciados:

María Martha Argerich, pianista (enhorabuena). Manuel Borrás Arana, editor, fundador de la editorial Pre–Textos (medalla totalmente inmerecida, y explico por qué: he perdido la cuenta de los manuscritos que llevo enviados a la editorial Pre–Textos, y todos rechazados. Anda ya, hombre). María Rosa Calvo-Manzano Ruiz-Horn, arpista (enhorabuena). Lorenzo Caprile, diseñador de moda (es amigo de una amiga, y hace poco coincidí con él en la inauguración de una librería, o sea que: enhorabuena). José Coronado, actor (le voy cogiendo el punto, aunque me está costando). Ricardo Darín, actorazo de los buenos, éste sí (soy fan). Gloria Estefan, cantante (y feliz de la vida desde que cascó Fidel). José Fernández Torres, Tomatito (ole, ole y ole). Fundación Duques de Soria de Ciencia y Cultura Hispánica, mecenas (hola, qué tal). Rafael Amargo, bailarín y coreógrafo (yo con el compi éste y con el actor Pepón Nieto tengo una anécdota muy chula en los servicios del bar Chicote; madre mía como me dé por tirar de la manta un día). José Iranzo Bielsa, cantante de jota (a título póstumo). Julián López, El Juli, pedazo de torero (jódete, Risto Mejide). Miguel Martín, director del Festival de Jazz de San Sebastían (enhorabuena). Miquel Milà i Sagnier, diseñador industrial (ni idea). Magüi Mira, actriz (enhorabuena). Guy Philippe Henri Lannes de Montebello, director de museos y cosas así (pez gordo). Orfeón Pamplonés, institución musical coral (bien, supongo). Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (bien también). Pedro Subijana, cocinero (la cocina es arte). Julia Uceda Valiente, poeta (ni idea). Y Leopoldo Zugaza Fernández, editor y promotor cultural (ni idea).

Fuente: corta y pega del diario El País, edición digital, aunque habrán notado que también he añadido por ahí alguna cosilla.

Bien, estamos en racha: el año pasado nuestro adorado Vicente Amigo y este año Tomatito. De hecho se rumorea que fue el propio Vicente el que se encargó de hacer lobby en la pasada entrega de medallas para que tomasen en cuenta a su titi Tomate. Según parece, el guitarrista sevillano/cordobés aprovechó un momento en que la Reina Letizia casi se atraganta con un canapé de gambas y le hizo ver lo mal que se sentía por haber recibido este galardón antes que el mítico guitarrista de Camarón. Saltarse un turno en la cola está feo en este tipo de premios que se conceden por orden de llegada como principal criterio, pero al final Vicente ha quedado como un señor, como un Excelentísimo Señor, y ha venido a zanjar de una vez por todas las leyendas urbanas sobre una posible inquina entre Tomatito y él. Habladurías. No obstante, algunos estamos muy a favor de que la maledicencia sea algún día considerada también como una de las Bellas Artes. Feliz Navidad.

Germán San Nicasio

Escritor

One thought on “Excelentísimo Señor Tomatito

  1. Con todo respeto a los excelentísimos señores, personalmente me parece una mierda de premio que no le agrega nada en absoluto a los que verdaderamente han hecho algo por el arte (como Argerich, Tomate, Vicente, y un largo etcétera que jamás lo han recibido ni lo recibirán). Ningún grande de verdad necesita el reconocimiento de pacotilla de este premio antojadizo e hipócrita propio de los amantes del espejo y el folklore de ombligo.

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