«Lola Flores hacía que todo lo que tenía a su alrededor cogiera su energía»

Volvemos a ver a este artista de imposible parecido con otros del gremio folclórico. Fernando Soto Valencia vuelve por el Teatro la Latina a revivir la obra de su gran ídolo, Lola Flores. Faraona a la que conoció relativamente tarde para ser de Jerez y de la que no para de aprender. “La Niña de la Venta” el próximo 26, en el centro de Madrid.

Por Pablo San Nicasio @pablosannicasio

Si vuelves es porque la cosa cuajó en febrero

“Se quedó mucha gente fuera en el estreno. Fue todo un logro y ahora nos lo hemos currado mucho para seguir llenando”.

Ahora, imagino, con todo más rodado. ¿En qué ha cambiado?

“Se nota el cambio porque ahora sale todo más natural. Más rodado, sin nervios”.

¿Cuándo empezaste a querer homenajear a tu paisana?

“Desde hace mucho, pero nunca tuve la posibilidad. Hasta ahora he homenajeado a la Paquera, Caracol, Bambino, Raphael…”

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Nombres mayúsculos. Y Lola ¿significa lo mismo para ti que para Jerez?

“Sí. Para Jerez es un icono, ella fue la que dio a conocer la ciudad junto a los vinos. Fueron los primeros. Yo conocí a Lola con dieciséis años. En mi casa se escuchaba Caracol, Sernita, la Paquera, Terremoto… todo mucho más jondo. A Lola la conocí más tarde, pero me enamoró. Es mi musa. Estará conmigo hasta que cierre el ojo, como digo yo”.

No sé si estás de acuerdo con aquella frase célebre que se escribió en un periodista neoyorquino tras el debut de Lola en el Madison Square Garden: “No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierdan”. Hay gente que no veía tantas facultades musicales en ella, más allá del embrujo increíble que siempre tuvo.

“A Lola creo que hay que juzgarla adecuadamente. Con treinta años era mucha Lola Flores. En aquella época era de las mejores. Lola era la versión gitana de Concha Piquer, que era más para el castellano, al contrario que Lola, que era más para el flamenco. En los cuarenta era una grande grandísima. Puntera total, cantando y bailando, sin duda”.

¿De qué Lola te enamoraste tú?¿De la primera, la más madura o la última?

“De la más mayor. Con un temperamento tremendo hasta el final. No se ha vuelto a ver nada igual. Luego fui hacia atrás. Fui a esa Salvaora, esa Niña de Fuego… y yo alucinaba. Porque, como digo, no se va a volver a ver nada igual”.

¿Y tu familia después de Sernita, Terremoto… no te decía nada?

“A favor totalmente. Eran conscientes de quién era Lola Flores”.

¿Has sondeado también la faceta de “superpoderes” de Lola? Sus embrujos, hechizos, maldiciones….

“Pitonisa, vamos a utilizar ese término. Puede ser que lo fuera. Creo que era más cuestión de temperamento y hacía que todo lo que tenía a su alrededor cogiera su energía. A mí también me sucede a veces. Como tenga algo en la barriga que me dice o me aconseja… tiro por ahí. Es un temperamento y una energía que llena”.

¿Cómo escoges dieciséis temas entre tantos?

“Desde el principio, desde mi juventud los tenía en la cabeza. Los que me tenían embrujado. Tengo más en la cabeza, pero claramente estos son los que salían rápidamente y fue fácil”.

“Que la gente me considere como quiera. Yo no hago copias. Yo hago versiones de música que me gusta. Ya sea de Montserrat Caballé o Michael Jackson. Pero nunca imitar”

¿Qué ha pesado más?¿La Lola que quiere ver y evocar la gente o Fernando Soto y su visión de la jugada?

“Todo lo he aprendido de ella y es mi musa. Pero soy yo. Son ráfagas de Lola pero siempre con mi visión. Son las mismas obras, los mismos arreglos, el mismo compás, pero mi sello”.

Entonces es más bien una evocación también a Quiroga, ¿no?

“He pensado totalmente en Quiroga, efectivamente. Musical y visualmente. Es el rollo que se llevaba antiguamente. Es otra de las partes que he querido rescatar. Ese embrujo que no se hace. Hoy se hace la copla por otras vías. Y hay que ir a las raíces porque eso le llama a la juventud muchísimo. Me dicen que no se puede aguantar y yo les digo que para eso estamos, para que no se olvide. No se pueden perder aquellas formas. Incluso los más veteranos que nos vienen a ver, que recuerden sus épocas de mocedad, cuando eran novios, solteros… y muchos me lo dicen”.

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¿Vas a rodar mucho “La Niña de la Venta”?

“Estaremos el 2 de noviembre en Aranjuez, luego Zamora…. Y Andalucía, que me lo dicen mucho mis paisanos. Luego lo que el Señor me mande. Lo que surja iremos haciendo. No me gusta pensar las cosas, que luego salen malamente”.

¿Se te puede considerar versionador? Tras hacer lo de Bambino, ahora esto…

“Que la gente me considere como quiera. Yo no hago copias. Yo hago versiones de música que me gusta. Ya sea de Montserrat Caballé o Michael Jackson. Pero nunca imitar”.

¿Y tus temas?

“Sí, quiero hacer algo. Pero todavía no he encontrado algo que me llame la atención. Me gustan las cosas ortodoxas y quiero hacer algo por ahí. Todo llegará. Pero sí te aseguro que cuando abra el baúl de la Piquer, el mío, traeré material que no dejará indiferente a nadie”.

¿Delimitas bien la copla del flamenco? Pocos artistas mejores que tú para hacerlo

“Están en lo mismo. La copla y el flamenco son los dos folclores más unidos que hay. La copla se puede hacer a guitarra, y eso lleva aparejado que se haga flamenca de manera natural. Depende de cómo se haga, claro, pero desde luego la copla se presta muy bien a ello. Lo que decía antes, Concha Piquer cantaba para los castellanos, era coplera pura. Lola era más flamenca. Y creo que Lola está dentro del flamenco. Junto a Carmen Amaya, en aquella época, fueron dos verdaderos iconos del flamenco”.

No hay muchos artistas como tú, tienes un perfil que no se da nada

“Me encanta eso. Me gusta ser único, en todo”.

@chalauracom

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