Era público y notorio que Diego Ramón Jiménez Salazar, Diego el Cigala (Madrid, 27-12-1968) se encontraba tan a gusto aquí, en territorio flamenco, como cruzando el charco. Y no sólo en lo geográfico o sensitivo de la cuestión. También como decimos, en lo musical. Con el disco “Romance de la Luna Tucumana”, el madrileño vuelve a reivindicar sus adhesiones totales a la cultura argentina. Tras los éxitos tangueros, su amor por el cono sur parece no tener fin. Tanto que sigue teniendo en mente asentarse en tierras americanas muy pronto. Aún así, procuramos también hablar de flamenco. Al fin y al cabo, antes de dejarnos temporalmente volverá a presentar disco de “lo suyo”.
Texto y entrevista: Pablo San Nicasio Ramos
“Ya no planifico, me dejo llevar”
¿Hablamos de flamenco?
“Del disco y de flamenco, de mi vida no, que me entrevistan últimamente y no ponen más que titulares sobre lo personal. Que si me voy a República Dominicana, que si tal, que si cual. Pues sí me voy, porque allí tengo muchísimas más opciones de trabajo que aquí. Que aquí la cosa es caótica. No puedes grabar, es la antiinspiración. México, el Caribe, Argentina…allí me siento como en casa. Y ese mercado hay que potenciarlo, también el de Estados Unidos…pero ya lo he dicho, ya está. Ahora toca hablar de “Romance de la Luna Tucumana”.
Disco que me suena a trabajo Express, que tenías que hacerlo o reventabas
“Tres semanas. Ha sido cosa de tres semanas. Lo tenía que hacer. Intento enriquecerme de este fruto que es la música argentina. Y sacar mis conclusiones.”
Que son…
“Música arrabalera, golfera…”
¿Cómo el flamenco?
“Totalmente”
Hay quien pudiera decir que esa imagen perjudica mucho al flamenco
“Pero es que es así. El flamenco es la música del pueblo gitano rebelándose. De sus penurias, de sus vías de escape. No podemos decir otra cosa.”
¿Y en Argentina qué equivalente hay a los flamencos?
“Atahualpa, Martín Fierro, Mercedes Sosa, Gardel, Goyeneche …ellos cantaban a la vida, sus mensajes siempre hablan de la muerte, del desamor, marginación, de la mujer, el alcohol…eso siempre te deja K.O. Oye, meterse en este jardín no es cualquier cosa. Vale, yo el flamenco lo puedo hacer y no me cuesta tanto trabajo. Esto era un asunto que en lo sentimental me resultaba cercano, pero en lo musical debía acercarme con respeto, mantener la esencia de esa música pero buscar mi sonido. Y eso no es fácil.”
Oye, ¿Y los españoles se parecen a los argentinos?
“Bueno, se parecen. Quizá los argentinos hablan más y tienen ese ego que dicen que se tiran por un quinto piso a ver qué pasa. (Risas) Pero son geniales, los adoro.”
Son también muy italianos
“Es cierto que hay cosas italianas, incluso en la música. Lo que sí define a la música argentina es el sonido de los años cincuenta, muy emparentado con los sonidos de Nueva Orleans. Eso no es nada español. Buscaba la guitarra acústica, no la de rock duro, la que quería es algo anterior. En este disco hay música americana, andina, Nueva Orleans, cubana…”
Antonio Rey también pesa, y ese es muy flamenco
“Qué alegría que esté en mi disco. Él va a sacar este mes de mayo el suyo y yo canto por bulerías en él. Cómo toca este niño, Dios mío. Al principio íbamos a hacer “Romance de la Luna Tucumana” por bulerías. Estábamos todos en mi casa, alrededor de la piscina, este verano… pero yo me puse a hacer compás de rumba cubana. En la cena…empecé en la mesa y Antonio Rey dejó de cenar y cogió la guitarra. Isidro dejó de cenar y cogió el cajón, Yelsi el contrabajo…el otro igual… total que les dije ¡¡para arriba!! A grabar. Aquello iba mucho mejor. La verdad es que hay muchas anécdotas en la producción y recreación de los temas…”
Pues ya sabes…
“La chacarera es un tema muy flamenco, el quinto. Lo concebí como un fandango de Huelva. El tema “Por una cabeza”, ya ves, un clásico total de Argentina. Pues le pregunté a Adriana Varela por qué no lo había grabado, cuando lo tenía a huevo. Me dijo que es que no todos los tonos le venían bien. Y efectivamente, hay pasajes más para un hombre y otros más de mujer. Yo quería grabarla pero me topaba con los mismos problemas que ella. Así que cada uno hizo lo suyo.
En el caso de “Niebla del Riachuelo” pasó que mi hijo Rafael me dijo que me había dejado media canción sin grabar con Bebo. Y nosotros tan tranquilos, diez años después no me había dado ni cuenta. Tenía que grabarla entera.
Y la guinda del final. Mercedes Sosa es para mí uno de los descubrimientos de mi vida musical. No tuve la suerte de conocerla en vida pero he conseguido cantar cositas suyas, y francamente no he visto a ninguna mujer cantar igual. Ya no cantar, expresar, transmitir. Cuando su hijo Javier me mandó algunos temas y pistas suyas…lloré como un niño. Pero es que resulta que ella era admiradora del flamenco, y yo no lo sabía. Si lo llego a saber me hubiera puesto en contacto con ella, ¡¡cómo no!! Su música entró en mi vida como un schock. El día que falleció Chavela Vargas pusieron una entrevista, en ella decía que su canción favorita era “La Canción de las Simples Cosas”. Fue lo que necesitaba, lo había oído en voz de Mercedes un rato antes. Y la tele me dio la orden. Chavela me dio un consejo después de muerta. También tuve la suerte de conocerla. Eso es telepatía.
Conocer a Mercedes Sosa ha sido equivalente a lo que me pasó con Bebo.”
De él teníamos que hablar
“Ya estaba muy malito. La última vez que estuve con él no se acordaba de lo que habíamos hecho. Pero quería verle. Él me abrió las puertas y los oídos del resto del Mundo musical.”
“este disco no quiere frivolizar. Quiere recrear una música maravillosa. A mí no me gustaría que entrasen en el flamenco como un elefante en una cacharrería. Que yo veo a un tío con una gaita hacer flamenco y digo…¡¡oiga usted!!”
Realmente tu mundo musical es muy “Farina”, porque él flamenco flamenco no fue
“¡¡Claro!! Si yo lo digo. Farina flipaba con el tango, mi madre me lo decía. A mí me gusta la música brasileña, la peruana, el tango, el folclore argentino, el Caribe… él cantó con orquesta cuando nadie lo había hecho. Y con piano. Y luego vino Caracol. Pero eso de salir con veinte músicos…Porrina decía de él que era súper avanzado por ese tipo de cosas. Farina había estado en Argentina hace cincuenta años, fue en barco porque tenía miedo a volar. Con la Piquer. Y se empapó de aquello. Por eso ahora estoy cerrando yo el círculo, sin darme cuenta. Es más, mi tío se trajo “Vino Amargo” y “Los Iguales para Hoy” que son dos exitazos que originariamente eran tangos. Quién me iba a decir a mí que iba a hacer yo eso mismo años después. Esto no se lo he dicho a nadie. No se lo digo ni a la gente que me echa en cara no ser más flamenco, no pierdo el tiempo.”
¿Se te hace difícil no pronunciar “flamencamente”, lo de las eses…y tal?
“Es algo sutil, la verdad. Algo que tienes que cuidar. Me he tenido que romper el coco. La vocalización es importante para mí. Muchos flamencos no vocalizan peor yo procuro hacerlo. Después de estar con mis músicos me encerraba con mi técnico. El oído a los flamencos nos ayuda mucho para defendernos y mimetizar el lenguaje de otros estilos, siempre respetándolos. Porque yo, repito, este disco no quiere frivolizar. Quiere recrear una música maravillosa. A mí no me gustaría que entrasen en el flamenco como un elefante en una cacharrería. Que yo veo a un tío con una gaita hacer flamenco y digo…¡¡oiga usted!!
Así que no iba a meter en lenguaje flamenco esto, debía recitar y vocalizar adecuadamente. Solo yo, con Diego García, mi técnico. No quería que me viese nadie más cantar. Necesitaba la soledad para que nadie dijera un OLE, ni el otro diera palmas, ni nada más. Ni dejé a mi técnico que abriese la boca. No quería opiniones de nadie. En el fondo soy un poco así de sibarita cuando grabo. Puede que de aquí en adelante siga en esta línea. A las dos de la mañana, cuando tengo la garganta perfecta, cuando me sale la voz y soy más yo. Y cuando más tranquilo estoy, porque de lo que se trata es de hacer algo que merezca la pena oírlo ahora y dentro de treinta años. Que no canse y que la gente no haga zapping.”
¿Buscas estos proyectos deliberadamente?
“Nunca. Enlazo las cosas y busco las señales para trabajar. Como lo que te decía antes. Los temas van saliendo. Sí o sí. Y cuando lo veo claro le echo doce horas al día. Porque sí, han sido semanas. Pero de doce horas al día embebido en esto. Yo me dejo llevar mucho ya, a mis cuarenta y cinco años no voy a ponerme a planificar. Si uno se convence de lo que hace da en el clavo. Me dejo llevar.”
También vas a sacar disco flamenco este año
“Un directo, desde el Palau de la Música de Barcelona. Reventó esa noche el Palau. Saldrá en diciembre. Era un marco incomparable. Y hablé con el técnico antes, le dije que pusieran unos micros…”a ver qué pasaba”. Luego salí a cantar y ni me acordaba de que se estaba grabando. Pero no me acordé ni yo, ni Morao, ni Piraña, ni Ané…nadie. Hay tientos, tangos, soleá, malagueña…desde “Picasso en mis Ojos”, del año 2006, no grababa nada flamenco.”