La sal de Cádiz es un ente que no sólo se encuentra cuando a uno le da por meter el pie en sus maravillosas playas o darse un paseo por La Viña. En Cádiz los ingredientes que dan vida y personalidad a su ambiente se encuentran también en sus gentes, genéticamente predispuestas para el arte como en ningún otro rincón del Mundo. Ahí tenemos a Javier Ruibal (Francisco Javier Ruibal de Flores Calero. El Puerto de Santa María, Cádiz. 15-5-1955) artista que es la viva imagen de una filosofía de vida que lleva en la sal de Cádiz, la categoría musical y la libertad sus banderas.Entrevista: Pablo San Nicasio Ramos

 

“Hay que aprender a caminar solo”

 

¿Cuándo y dónde te topaste con una guitarra por primera vez?
“Fue cuando oí a un grupo que tocaba en una caseta de la feria. Me quedé completamente hipnotizado”

 ¿Se puede considerar clave en tu vida?
“Y tanto, en cuanto llegué a mi casa cogí la guitarra de mi hermano, que hasta entonces me había sido totalmente indiferente, y ya no me despegué de ella. Hasta el punto de que mi madre decidió que esa guitarra ya iba a ser mía. Yo era el único en la casa que realmente se acercó a intentar tocarla. No te cuento el cabreo de mi hermano…”

 ¿Así que no hubo nadie que te empujara?
 “No, fue una cosa así de natural, tocando y tocando hasta que me vi en esto. Tocaba y estudiaba a la vez, llegué incluso a tercer curso de medicina… pero ahí me atacó la duda y opté por la música”

¿Podías haber tocado otro instrumento? La tierra donde naciste tiene un porcentaje de artistas por metro cuadrado muy grande, la verdad… no sé cuántos instrumentos tocas, sorpréndenos
“Sólo sé tocar la guitarra y las percusiones, la cuestión rítmica es muy importante en Andalucía, ya sabes…”

Me parece tan arriesgado eso de tirar por la música, lanzarse a vivir del asunto sin nada que te respalde…
“Ah, eso nunca se tiene claro, todavía tengo mis dudas y siento el vértigo de no saber si lo que ofreces es realmente bueno y coherente. Se aprende a diario y cuando crees que has llegado a algún sitio, justo se abre otra puerta con todas sus nuevas incertidumbres. Pero esto a su vez es muy estimulante y te alienta a seguir.”

 ¿Alguna oposición familiar a tu vocación?
“No, la verdad es que no, mi madre, muy aficionada al flamenco y a cantiñear de vez en cuando, siempre creyó que tenía cualidades y me animó a que no dejara la música, pero eso sí, había que estudiar otras cosas porque la vida en aquellos años no ofrecía demasiadas seguridades a los músicos. Mi padre escribía muy bien versos aunque no se dedicara a ello, era un gran comunicador y un hombre muy divertido. Creo que mis cualidades para las letras y para estar delante del público las heredé de él”

 

“La frontera entre la copla y lo flamenco es muy liviana y por mi afición al flamenco fue por donde me acerqué a la copla”

 

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Se habla de tus múltiples influencias estéticas, flamenco, jazz, rock, música sefardí… eso ¿es más por generalizar o tú hablarías de músicos en concreto?
“Yo hablo de resonancias que están ahí dando vueltas en mi cabeza. Todo lo que me llega se incorpora y en algún momento da sus frutos. Y aquello que no me toca en mis adentros, pasa inadvertido sin dejar huella. Lo que me gusta es tan variado que siempre tuve claro que permanecería abierto y no me cerraría a nada”.

Esta web también trata la copla. ¿En algún momento te has sentido atraído por ese género tan andaluz, más allá de componer para artistas de ese mundo?
“La copla que se hacía en mi infancia había heredado todas las mermas y la oscuridad de la censura. Lo que me llegaba no me gustaba especialmente. Eso sí, lo que me gustaba mucho eran los intérpretes, sobre todo por sus cualidades vocales. Antonio Molina, Juanito Valderrama… me reconciliaban con esa música. Hay que tener en cuenta que ya entonces en la radio sonaban “Los Beatles” y otras bandas inglesas y americanas que para mi tenían toda la fuerza y la libertad que no recibía de la copla.
Luego ya conocí a Miguel de Molina y encontré otra cara de la copla que desconocía. Entendí que las letras de la copla tan llenas de tópicos pseudos andaluces habían estado secuestradas por la dictadura. A partir de entonces le presté más atención.
La frontera entre la copla y lo flamenco es muy liviana y por mi afición al flamenco fue por donde me acerqué a la copla”.

 ¿Qué ídolos tenía Javier Ruibal?
“Bueno, como siempre me gustó cantar y tocar con idéntica intensidad, pues mis favoritos eran muy dispares: Molina, Lennon, Celentano, Niño Ricardo, Paco de Lucía, Camarón, Jimi Hendrix…en cada momento fueron incorporándose a mis gustos y todos me estimulaban de alguna manera.
Luego aparecieron nuestros primeros cantautores y Serrat me marcó mucho, en el sentido de que me estimuló a escribir letras que luego se convirtieron en canciones”.

Aunque se te tacha de autodidacta, no sé si hay algún “maestro” por ahí en la sombra…
“De todos ellos tengo un ramalazo pero siempre he sabido que hay que soltarse de la mano y aprender a caminar solo. Imitarlos durante un tiempo es bueno, pero luego puede ser negativo para encontrar un camino propio”.

Del mundo donde te mueves… ¿hay algo que no te mole?
“No detesto el entorno en que me muevo porque son siempre músicos y artistas de una altísima dignidad artística. Detesto las radio formulas que adocenan las propuestas y sólo dan productos pseudos artísticos que van a por el dinero de la gente y no a ofrecerles arte con mayúsculas. Las trampas y los atajos son una alta traición a la música”

Hablo de la música porque imagino que de todo lo demás detestarás casi todo, tal y como está el percal. ¿O pecamos de agoreros?
“Mejor no entrar en esos terrenos…de sobra se sabe cual es mi actitud respecto a los abusos y la inmoralidad de ciertos políticos y banqueros…sigamos con la música”

 

“Detesto las radio formulas que adocenan las propuestas y sólo dan productos pseudo artísticos que van a por el dinero de la gente y no a ofrecerles arte con mayúsculas”

 

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Aquí hay mucho friki leyendo, así que… ¿Qué guitarras usas? Tipo y marcas, para los que también guitarreamos
“Tengo unas guitarras Pedro de Miguel que me gustan mucho, con ellas toco en el escenario y grabo. Son de palosanto de India y Brasil con tapas de abeto. Muy sonoras, profundas y con empuje, sirven para llevarte a la intimidad y la emoción pero también para proyectar el ritmo vivo”.

Tu último trabajo publicado es “Sueño” ¿Algo próximamente?
“Trabajando estoy en uno nuevo, producido por mi hijo Javi Ruibal, que además toca las percusiones y la batería. Los arreglos y otra instrumentación (guitarras, bajos, teclados, laúd árabe, etc.) las toca Jose Recacha. También están Iñaki Salvador al piano y Antonio Serrano a la armónica entre otros invitados Grabamos en nuestro estudio LO SUYO y, la verdad, estoy muy contento con los resultados”

¿Hay algo en tu futuro próximo que te llevará a salir de la rutina tocar-grabar-promocionar-bolos? Por ejemplo dar clase, solo componer… no sé.
“Mi rutina es mi gozo y mi salud, componer, tocar, grabar…tengo un oficio maravilloso que me llena completamente. Por otra parte creo que no estoy solo aquí para ser músico. También vivo para formarme como persona así que leo y aprendo cuanto puedo”.

¿Javier Ruibal cambiaría algo de un perfil que ya aparece en Wikipedia?
“Creo que nada salvo quizás haber estudiado más a fondo la música cuando era pequeño, nunca tuve toda la disciplina que tan bien me hubiera venido”.

 

“no vale entregar cualquier cosa. El tiempo hace que otros vayan acercándose a tus composiciones intentando aprender algo, con lo cual, uno no es maestro de nada, pero debe intentar dar siempre música de buena factura”

 

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¿En qué momento crees que llegaste a tu madurez artística? Por cierto ¿Ese concepto es una tontería en el caso de un músico que siempre se está reinventando, como es el tuyo?
“Cuando me sentí responsable de lo que publicaba. Creo que no vale entregar cualquier cosa. El tiempo hace que otros vayan acercándose a tus composiciones intentando aprender algo, con lo cual, uno no es maestro de nada, pero debe intentar dar siempre música de buena factura. Y lo mismo en cuanto a las letras, que para mí tienen exactamente la misma importancia. Una mala nota o una mala palabra son imperdonables, bajo mi punto de vista”.

 ¿Qué supone que tus hijos sean músicos de buen nivel? Casi siempre los músicos grandes tienen hijos que huyen del oficio paterno, en tu caso no es así.
“Pues una sorpresa maravillosa. Me emociona que estén en el arte y que sientan el respeto que merece aquello que practican. Tanto Javi en la percusión y la composición, como Lucía en el baile flamenco, son muy rigurosos y serios y eso me tranquiliza mucho.
Es una suerte que tengan cualidades para lo que hacen, pero sabemos todos que hay que trabajar muy duro para desarrollar de verdad una vocación artística”.

 No me imagino a Ruibal sin ser libre 
“Así me gusta sentirme y así intento comportarme”

¿Un deseo de futuro muy muy futuro?
“Que alguien me tararee de vez en cuando y sienta emoción al hacerlo”.

 

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