“NO SOPORTO A UN CANTAOR QUE VENDA LO QUE NO ES”
Que Huelva tiene el poder lo sabíamos, pero que además tiene todo el futuro lo tenemos que cantar a los cuatro vientos. Porque charlar con Rocío Márquez (Cortegana, Huelva. 1985) es asegurarnos de que el conocimiento, las facultades y las buenas ideas serán las que marquen el camino del cante más próximo. Ella será una de las que lleven el mando. De ese futuro, que pasa por su próximo disco homenaje a Marchena, hablamos con una cantaora en un impresionante momento. Horas antes de emprender la gira del Norte con el amigo Benamargo y a escasas fechas de volver a su Madrid, a Casa Patas.
Texto: Pablo San Nicasio Ramos
Fotos: Joaquín Calle, Diego Escobedo y Paco Manzano
Me hablabas de las polémicas sobre la pureza, la raza, lo que es y no es, las sentencias y salidas de tono últimamente…
“Bueno, esas polémicas son auténticas…al final son ideas que no están tan vigentes pero que sí, que también incluso tienen que estar ahí. Ahora todos somos algo más tolerantes y aunque puede haber alguien de mi edad con esas ideas, creo que se van evaporando. De todos modos si nos metemos a analizarlas tendríamos que hincharnos a ver y a comentar “Rito y Geografía del Cante”, ver cómo se desarrolló el concurso del 22 en Granada… y comprenderíamos estos típicos tópicos. Ya está más que demostrado que esto del flamenco está por encima de razas, clases sociales y demás… “
En Rito al mismo Toronjo casi no se le ve… lo digo por paisanaje
“Nada de eso es casual…”
En Huelva está lo más granado hoy por hoy…no nos cansamos de decirlo
“Qué tendrá el jamón…”
Nos dejaste de una pieza con tu actuación en el Auditorio Nacional, allí delante de tus ídolos
“Yo conozco sus cantes, los de Mayte y Carmen, desde hace tanto tiempo… las admiro. Han sido mis referentes, las dos mujeres que yo más he escuchado.”
Madríd ya será el patio de tu casa después de aquello
“No, cada vez es diferente.”
Pero el viaje en AVE habrá sido de otra manera…
“He venido igual, pero reconozco que la semana de antes del Auditorio fue horrorosa. Y lo vivo mucho más antes que en el momento. Salgo al escenario y me tranquilizo. En mi casa lo veían. Y estaba que mordía… ahora, para Casa Patas será diferente, pero con la misma responsabilidad.”
¿En qué andas metida?
“Bueno, iré a la Suma Flamenca con poemas de Manrique, Santa Teresa, Juan Ramón. Y puedo avanzar que estoy terminando mi disco. Será un homenaje a Marchena, muero con él. Lo presentaremos en la Bienal, creo que se puede decir ya, estoy súper contenta. El disco lo saca Universal. Y estoy muy feliz de que sea así. No sabemos si hacer uno o dos CD. Hay cosas muy ortodoxas y otras no tanto. Hay cantado y recitado, cosas que no se llevan tanto, mucho material. Están Pepe Habichuela, Manolo Herrera, Manolo Franco, Raúl el hijo de Martirio… nos lo pasamos bien. Porque además complementa mi tesis, que es sobre Marchena y analizo muchos palos”
“Tendríamos que hincharnos a ver y a comentar “Rito y Geografía del Cante”, ver cómo se desarrolló el concurso del 22 en Granada… y comprenderíamos estos típicos tópicos. Ya está más que demostrado que esto está por encima de razas, clases sociales y demás… “
A Marchena no se le valora de manera suficiente, ni entonces ni ahora
“Esto es un péndulo. Estuvo el Mairenismo y luego llegan otras épocas. Se ninguneó a Valderrama, Marchena y Pastora se salvó por los pelos… pero luego llegan otros tiempos.”
Bueno, hubo quien dijo que una mujer no podía cantar bien por seguiriya…
“Y tantas cosas se han dicho… hay que tener una paciencia. Es para ir al psicólogo. Tenemos que fijarnos menos en lo que dicen por ahí…”
Si rastreas por Marchena, sabrás que Miguel Espín y Romualdo Molina tienen un libro sobre los palos de ida y vuelta…
“Me encanta ese libro. Se ven tantas cosas que sorprenden… la guajira estaba hecha y estructurada como cante antes que la Soleá. Y si cantásemos por antiguo y derecho, a lo mejor a alguno le pillábamos con el pie cambiado. Ese libro tiene mucha tela y no se han dado cuenta.”
Tiene buena pinta el disco
“No puedo hacer cosas de Marchena quedándome sólo en lo que se conoce. Hay mucho que no se conoce. Reconozco que entré en ese mundo por Morente. Y eso que me decían que no le hiciera caso a “ese tal Morente” que me estropearía…decían algunos. Madre mía.”
Esa forma de abordar los cantes con creatividad ¿fue la que te hizo ganar concursos?
“No. Creo que no. Cuando fui a la Unión, antes hablé con Gema Jiménez. Estudiábamos juntas y teníamos muchísimo trato. Es una cantaora brutal. Ella fue la que me guió totalmente en La Unión. Por ejemplo, yo tenía la Levantica de una manera, pero allí les gusta y tienes más posibilidades si la llevas dentro de una estética determinada. Hasta hace nada las bases no ponían nada, pero ahora dejan más abierta la opción personal de los cantes. Yo le hice a Gema mi versión y me dijo: nena, eso es muy bonito pero no gusta allí. En las eliminatorias hice una a mi estilo y no me la pasaron, y creo que fue la que mejor canté. Gema tenía razón. Los otros los hice en los esquemas ortodoxos y pasé. Cosas que ocurren. Y luego gané los premios. No me lo podía creer. Fue la leche. Imponía tanto ese escenario… cuando terminé veía todo tan complicado que me puse los vaqueros para irme. Pero me viene Paco Paredes al camerino a decirme: aquí no se permite vestirse de calle hasta que no digan los premios… lo que pasaba es que no sabía como decirme que había ganado y que me esperase. Súper agradecida a La Unión. Al año siguiente canté todo a mi manera y las crónicas decían que cómo podía ser que esta niña se hubiera olvidado de cantar bien…
Los concursos los hice durante una época concreta. Estudias mucho, te conoce gente y te sirven. Como base son estupendos. Ahora bien, no puedes estar siempre concursando porque puedes caer en algo que no es. Ser concursero mucho tiempo a la larga es malo y peligroso. Hay que saber parar a tiempo.”
¿Qué tal la época de estudiante del cante?
“Estoy también muy agradecida a la Fundación Cristina Heeren, pero creo que el proceso de aprendizaje se da de muchas formas, académicas o no. También vale en el cuarto, en familia…el proceso es el mismo. Así que no separo. Porque el cante que se aprende en casa se aprende igual. Vamos, creo yo. Y no tiene por qué valer más por el hecho de aprenderlo ahí. Es un plus que lo tengas en casa, pero esa ventaja no significa mejor o peor.
Del mismo modo que un cantaor de veinte años de ahora no tiene que cantar igual que uno de sesenta, que ha tenido otras vivencias. ¿Cómo me voy a poner a copiar a gente que ni conozco y que han vivido otras cosas? Ninguno nos hemos muerto de hambre ni tenemos que vender un slogan. Guste o no.”
“No puedes estar siempre concursando porque puedes caer en algo que no es. Ser concursero mucho tiempo a la larga es malo y peligroso. Hay que saber parar a tiempo.”
¿Cómo enseñas tú a cantar?
“Yo lo que creo es que cada uno tiene que adecuar el cante a sus condiciones. Que cada cantaor se vaya buscando. No soporto que un cantaor venda lo que no es, cante como no canta. Además que eso es malo. A mí me salieron nódulos a los diez años por intentar rayar la voz. Hasta me salían lágrimas a veces del dolor y la gente pensaba que es que estaba metida en el papel. No, es que estaba equivocándome en el camino. Y agradezco que me pasara entonces porque así pude reconducir mi camino.
Pues eso trato de enseñarlo. Que si es tu carácter lo hagas, pero que no te sientas obligado a cantar de una forma concreta.”
Entonces eres absolutamente libre ahora mismo en lo que haces
“Desde el momento que comes de lo que haces se acabó la libertad.”
Pero vamos a ver, si tu eres cantaora porque quieres, de la manera que quieres, ya cantas donde quieres y llegarás, si no lo haces ahora, a cobrar lo que pidas. Si eso no es libertad se le parece mucho ¿no?
“Hay que hilar fino. No creo que nadie pueda ser libre.”
“¿Cómo me voy a poner a copiar a gente que ni conozco y que han vivido otras cosas? Ninguno nos hemos muerto de hambre ni tenemos que vender un slogan. Guste o no”
La discográfica no te marca el camino, no te exige nadie más nada… no sé…
“Tengo mucha suerte. Ahí sí me considero libre…es que lo otro que te decía…siempre estamos condicionados por algo.”
Me gusta que me cuentes cómo te va con Rosa Torres Pardo
“Muy bien. Somos dos maneras de estudiar y de abordar un repertorio. Ya me voy adaptando. Además el repertorio es Falla, Turina, Granados…es que es muy flamenco.”
Decías al principio que sólo pensabas en flamenco, pero con estos proyectos, quizá en el futuro…
“No me cierro. De hecho este proyecto me atrae mucho. Iremos a Sabatini con ello… de todos modos no soy de planificar nada.”
Y también has cantado copla
“Si, por Marifé en “Menudas Estrellas” cuando era niña. Qué gracioso. No he vuelto a cantar. Por bulerías en los cuplés… ahí hay mucho donde sacar. El flamenco lo siento para adentro y la copla la siento más para afuera, más expansiva.”
Pero Marchena no es introspectivo
“No, pero más hierático que la copla. Busca otros detalles. Está en medio…”
Eres, además, tu propia letrista
“Sí, pero cuando toca. Ahora con lo de Marchena está claro que no tenía que ser. Creo en los momentos. Y mis letras serán cuando toquen.”
Mira qué bien… Si a ella le gusta algo, es su gusto y punto, pero si a otro le gusta otra cosa, entonces, son «ideas intolerantes».